El adjetivo apagafuegos, que evidentemente tiene su origen en su sentido más literal, se extiende metafóricamente a otros campos que requieren de urgencia. En ambas acepciones los bomberos de Burguete son exponentes representativos: llevan a cabo una intervención urgente diaria y su trabajo destaca además por sus labores de rescate. Realizan un rescate cada tres días debido a que velan por la seguridad de la etapa más exigente y peligrosa del Camino de Santiago: de Donibane Garazi a Orreaga, el camino de Napoleón. En lo que va de 2019, el parque de Auritz ya registra 85 rescates y casi 240 intervenciones, a 60 de la media anual de unas 300, informó José Vicente Romero Ballesteros, bombero de Burguete. Este primer tramo de 25 kilómetros del Camino francés empieza a 165 metros sobre el nivel del mar y acaba a 945. No obstante, el recorrido sube hasta el collado de Lepoeder, a 1.430 metros de altitud, por lo que el desnivel del recorrido es de 1.265 metros. Es decir, se trata de una etapa de media montaña que, en conjunto con la que continúa hasta Zubiri, acumula 15 muertes desde que se tienen datos.

La caminata a Roncesvalles sigue la senda de la antigua NA-2033, del collado de Ibañeta hasta el de Lepoeder. La carretera está degradada tras ser descatalogada por el Gobierno de Navarra en el año 2012 hasta el punto de no ser accesible para turismos. En caso de emergencia, los bomberos cuentan con un quad con ruedas similares a las del vehículo oruga del que dispone el parque de Luzaide. En Burguete se lo concedieron después de una noticia mediática de marzo de 2016 sobre un rescate a una peregrina brasileña que ya se había despedido de su marido y aguardaba a su muerte.

Otro de los problemas, compartido con los Pirineos Occidentales, es la falta de cobertura. Una herramienta propuesta por Romero es el sistema lifeseeker de los bomberos de Andorra, que detecta móviles desde el helicóptero. Esto sería especialmente útil debido a la incomunicación que se produce durante dos kilómetros, en los que hay tres puntos para llamadas de emergencia vía señal de radio en la fuente de Roldán, el refugio de Izandorre y el collado de Lepoeder; así como por el número de extravíos de peregrinos por las nevadas y ventiscas que en invierno ocultan las 200 flechas que el bombero Javier Zúñiga colocó en 2017.

Con más o menos medios, el recurso humano no falta en Auritz, caiga fuego o copos de nieve. - M.U.O