pamplona - A pesar de que Irene de Fátima, pareja de la víctima y encausada por su muerte, no dijera mucho en su declaración del pasado jueves, el letrado que ejerce su defensa, José Aguilar García, sostuvo con firmeza la imposibilidad de que su cliente pudiera matar a Yanza con una toalla -como la acusan los sobrinos de hacerlo- puesto que el informe forense fue tajante a la hora de afirmar que Yanza murió estrangulado por detrás. Asimismo, aseguró que Irene no influyó ningún miedo en sus sobrinos y que no se sostiene que el crimen fuera premeditado. “No tiene sentido planificarlo y tirar el cadáver al río sin caudal y en un sitio frecuentado, ¿qué chapuza es esa?”. Aguilar pide que su representada sea condenada por un delito de encubrimiento. Igualmente, frente a los argumentos de las acusaciones que defienden que Irene tenía sendos móviles para deshacerse de su marido -cobrar una serie de pólizas y seguir con una relación sentimental en Brasil-, justificó que “es normal que las parejas, y más con hijos, contraten seguros de vida para no dejarse al descubierto si algo pasa”, y que “los mensajes subidos de tono con otro hombre están fuera de lugar, pero no son un motivo para matar a nadie. Es falso que Irene se beneficiara de la muerte de Wilson, se amaban”. Aguilar, al igual que las otras defensas, tuvo la sensación de que la Guardia Civil orientó la investigación partiendo de sus sospechas de que los tres acusados estaban implicados en los hechos, haciendo así que se las tratara como investigadas cuando se les tomó declaración en calidad de familia. - J.L.