pamplona - El docente Miguel Ángel Arconada, uno de los redactores del programa educativo Skolae, defendió ayer en la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Navarra “la obligación docente” de “formar en igualdad”, algo que Skolae realiza con “materiales de calidad” que él mismo comparte y supervisó en el momento de la elaboración del programa.

Quien no llegó a declarar fue su compañera Carmen Ruiz, que no fue requerida por la abogada de uno de los tres demandantes, los ocho padres y madres del colegio San Cernin, cuya letrada fue la única presente de la parte acusadora en la que también se encuentran la Confederación Católica de Padres de familia y padres de Alumnos (CONCAPA) y la Plataforma 18M, presidida por el diputado del PP Juan José Cortés.

Arconada, que ya fue citado en junio pero cuyo testimonio como autor del programa no fue requerido entonces, regresó al Palacio de Justicia de Navarra junto con Ruiz, que sí que testificó hace cuatro meses por esa misma labor. Sin embargo, ayer fueron citados como “formadores” del profesorado para declarar sobre cómo fue el aprendizaje del cuerpo docente y la aplicación del programa.

formación “estándar” Arconada detalló ante el Tribunal las distintas etapas de formación que recibieron los profesores para aplicar el programa educativo. “Constaba de tres fases: una inicial de sensibilización, una segunda de capacitación y una final de profundización”, especificó el profesor de Lengua y del Máster de Prevención de la violencia de género de la UNED, que indicó que estas sesiones eran “estándar y básicas para todo el mundo”.

En concreto, en el primer año, Arconada impartió cursos de formación en el IES Marqués de Villena de Marcilla y en el IES Altsasu BIH en círculos reducidos, como una “prueba piloto”, pero en el segundo su audiencia aumentó a 200 personas en “sesiones plenarias”.

“satisfacción” de los docentes Al ser estas últimas sesiones con una gran cantidad de profesores, el testigo, preguntado por la letrada de la parte demandante, afirmó que no pudo recibir valoraciones de todos ellos, pero que todas las que le hicieron fueron “satisfactorias”.

“Había, por ejemplo, profesores de matemáticas que se quedaban impactados porque no se habían dado cuenta de algunos errores que cometían”, aseguró Arconada, que manifestó “la obligación docente” de “educar en igualdad y en nuevas masculinidades igualitarias”.

Cuestionado después por la jueza sobre las diferentes evaluaciones tanto de profesorado como de los padres y madres, Arconada aportó las notas del cuerpo docente en las encuestas sobre material, “todas superiores a un ocho sobre diez”, y aseguró que le llegaron opiniones de “familias satisfechas” pero no valoraciones de AMPAS ni APYMAS, a las que se les impartió información pero no formación.

a vueltas con las fichas Uno de los aspectos más criticados de Skolae desde su implantación fueron las fichas que hablaban sobre “juegos eróticos infantiles”, principal dardo de la parte demandante al programa educativo y un término “malinterpretado por quien ha querido” según Arconada. En realidad, esta nomenclatura se refiere al “descubrimiento del propio cuerpo y del cuerpo de las demás personas desde el respeto” según desembrollan otros autores de Skolae, y la ficha en la que se trata de ello “voluntaria” y está entre las 227 existentes y es el profesor el encargado de escogerlas “dependiendo el nivel de maduración de su grupo”, tal y como explicó ayer el docente.

Sin embargo, al ser requerido como formador, Arconada no pudo especificar demasiado en el contenido de las fichas. Aunque sí incidió en que se confeccionaron entre siete personas distintas, coordinadas por él, por lo que “las valida el criterio pedagógico”.