pamplona - El jurado del Premio Internacional Jaime Brunet a la Promoción de los Derechos Humanos de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha decidido conceder el galardón de 2019 al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) por la “meritoria labor de protección y asistencia que realiza a favor de los refugiados y desplazados en el mundo desde que comenzó su actividad, el 1 de enero de 1951, y que desde entonces ha beneficiado a más de 50 millones de personas”. Se prevé que la entrega del premio, que está dotado con 36.000 euros, tenga lugar en el primer cuatrimestre de 2020.

El nombre de la organización galardonada se dio a conocer ayer, 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. En el acto estuvieron presentes Joaquín Mencos Doussinague, presidente del jurado y vicepresidente de la Fundación Brunet y Alejandro Torres Gutiérrez, secretario del jurado y catedrático de Derecho Constitucional de la UPNA.

El jurado del Premio Internacional, que falló a favor de Acnur por unanimidad de entre cerca de 70 candidaturas, destacó la “encomiable labor a favor de la garantía de los derechos humanos de los refugiados y de su no repatriación en contra de su voluntad a un país donde puedan sufrir persecución, facilitando su retorno al país de origen cuando las condiciones así lo permiten, y de no ser esto viable, haciendo posible la integración en los países de asilo o el reasentamiento en terceros países”. Se desea reconocer, asimismo -continuó leyendo el fallo Torres Gutiérrez-, la “dedicación en defensa de las personas apátridas, así como de los perseguidos por motivos de su raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas o pertenencia a un determinado grupo social”. “También se quiere premiar su denodada lucha por la plena realización de los más elementales derechos fundamentales del ser humano, como son el derecho a la educación, el empleo, la vivienda, o la libertad de conciencia”, siguió el secretario del jurado.

Acnur, con presencia actualmente en 134 países, nació para ayudar a las personas desplazadas en Europa a causa de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, ha asistido a millones de refugiados y desplazados en todo el mundo que han tenido que abandonar sus hogares a causa de los conflictos que se han sucedido en las décadas siguientes, entre los que se cuentan los sufridos a raíz de la revolución de Hungría, los enfrentamientos entre las comunidades griega y turca en Chipre y la guerra en los Balcanes en Europa o tras la independencia de Argelia, las crisis de Ruanda, Mozambique, Sudán, Namibia, Somalia, Camerún, Chad, Níger, Nigeria, República Centroafricana y Libia, en África. También han intervenido en los problemas surgidos en Timor, en Oceanía, o los traumáticos acontecimientos vividos en Asia en países como Bangladesh, Camboya, Laos, Vietnam, Afganistán, Pakistán, Sri Lanka, Yemen, Irak y Siria.

Este esfuerzo “a favor de la solidaridad y por dar esperanza, alivio y dignidad a los perseguidos y a las personas desplazadas es precisamente uno de los valores cuya consecución ha inspirado desde su génesis la Fundación Jaime Brunet”, recalcó Torres Gutiérrez. “Todos podemos ser refugiados alguna vez en nuestra vida. Damos nuestras pequeñas riquezas por sentado porque tenemos detrás a un Estado que nos respalda, pero eso puede cambiar de la noche a la mañana, que es lo que le ha pasado a millones de personas”, concluyó. - J. Lizarraga