pamplona - El segundo premio de la Lotería del Niño, el número 21.816, dejó ayer 675.000 euros en la Comunidad Foral, donde se repartieron nueve boletos agraciados con 75.000 euros cada uno. Ocho fueron vendidos en Pamplona -seis en la Administración de la calle San Nicolás y dos en la librería ubicada en el 2 de la calle Pico de Ori- y uno en Tudela.

Todos ellos fueron resguardos vendidos por terminal, por lo que ayer todavía se desconocía quiénes habían sido las personas afortunadas. En el caso de la Administración Nº4 de Pamplona, situada en la calle San Nicolás, existía la duda de si los boletos habían sido comprados por una o varias personas y si son de Pamplona o de otro lugar, algo probable al ser una de las calles más transitadas del Casco Viejo.

A pesar de esto, la alegría por entregar el segundo premio era inmensa. Y no era para menos, ya que acababan de repartir 450.000 euros. "Emoción" es lo que sintió Asunción Daguerre, copropietaria del local, al repartir esa cantidad de dinero, sobre todo después de haberle dedicado tantas horas a su trabajo, sobre todo de cara a los sorteos que se realizan en Navidad.

premio tras premio No es la primera vez que Asunción Daguerre y Tomás Ariztia, propietario de la Administración, reparten un premio importante, y eso que apenas llevan un año y medio al frente del local (desde julio de 2018). En diciembre de 2018 vendieron un décimo del Gordo de la Lotería de Navidad y en enero de 2019 un décimo del segundo premio de la Lotería del Niño. Un año después repiten suerte, aunque esta vez con seis décimos agraciados.

"Estoy en shock. No me puedo creer que hayamos dado un premio por tercera vez", aseguró Edurne Gómez, quien lleva cuatro años trabajando en la Administración y "no había repartido tantos premios nunca". Por su parte, varios vecinos y vecinas se acercaron a la Administración para confirmar si había tocado en este lugar y dar la enhorabuena. También para recoger el dinero correspondiente a algún décimo premiado, aunque para eso tenían que esperar hasta hoy.

Ganar un premio supone una gran alegría, pero también repartirlo, porque esto también ayuda a que la Administración alcance más popularidad. "Cuando das un premio viene más gente a comprar", aseguró Daguerre, quien espera recibir "al menos alguna llamada" de la persona o las personas afortunadas para darle la enhorabuena.

Por su parte, la librería de la Milagrosa, en la que se vendió otro resguardo del segundo premio, no abrió sus puertas. Algo entendible, ya que ayer era día festivo.