estella-lizarra - Braian Martínez Maldonado, un joven de Alloz de 17 años, viajaba en el autocar de La Estellesa que causó la tragedia del viernes. Requirió atención hospitalaria por los múltiples golpes que recibió en el siniestro y fue dado de alta de madrugada. Su madre, Patricia, recordaba ayer que su hijo le confesó que pensaba que se "moría con 17 años". Braian relató desde la cama de su casa en el valle de Yerri el trayecto desbocado del autocar al descender la cuesta de Ayegui. Entonces notó que el autobús tomaba velocidad, se quitó los cascos y comenzó a temerse los peor. Luego el conductor comenzó a gritar "sin frenos, sin frenos...", por lo que al ver la cercanía de la rotonda, se agarró fuerte al asiento. Todavía ayer recordaba cómo el conductor giró la glorieta hacia la derecha a toda velocidad ("yo pensaba que la iba a atravesar por medio") y luego dio otro volantazo a la izquierda, que desembocó en el fatal impacto con el vehículo de los niños fallecidos. "Yo no vi el coche, pensaba que habíamos chocado solo contra la gasolinera", recuerda. Lo siguiente fue una sucesión de golpes: "Choqué contra la estantería de las mochilas y luego caí al suelo". Al final, el autobús se quedó empotrado entre la acera, la fachada y una hilera de coches aparcados, que arrastró durante 30 metros por la calle Carlos VII hasta que se detuvo. Braian solo tuvo tiempo de preguntar a otro ocupante si se encontraba bien y salió del autocar por una ventana cuyo cristal se había roto. Entonces, evoca que "olía mucho a gasoil y le dio miedo que ardiera", comentó su madre. Braian fue conducido hasta el hospital de García Orcoyen de Estella-Lizarra y estuvo en Observación, donde le hicieron varias placas y análisis. En su parte de Urgencias figuran politraumatismos en la espalda, la cadera y la pierna y ayer permaneció en la cama todo el día. "No sé gracias a qué, pero algo nos dio otra oportunidad", finalizó Braian, desde su reposo en su casa de Alloz.

sadid: "sabía que iba a accidentarse" Sadid, vecino de Estella de 37 años, padre de cuatro hijos y que vive desde hace ocho en la ciudad del Ega, se encontraba en el exterior de la panadería Egapan hacia las 20.00 horas. Echó la vista al frente, hacia Ayegui, al percatarse de que un autocar descendía a toda velocidad la calle. "Vi a un autobús bajando muy rápido, no se calcular, podría ir a 90 km/h. Me pareció que iba muy rápido y que iba a pasar algo, que iba a causar un accidente. Y les avisé a los que estaban dentro del bar. Luego, el autocar tomó la rotonda mal, las ruedas derraparon y oí el golpe. El coche contra el que chocó estaba solo, creo que podía estar esperando que el semáforo se pusiera verde. No tenía ningún otro coche ni delante ni detrás, pero si los hubiera habido se los llevaba a todos por delante. Acudí al coche, llegué junto a otro chico y llamamos a Emergencias. Me quedé allí en el sitio y vimos el desastre. Una viajera que iba en el autobús nos dijo que el conductor había gritado que no tenía freno. Pero no tuve fuerzas ni para acercarme hasta el autobús. Aquello que vimos me dejó sin fuerzas, ha sido una pena muy grande". - J.A./E.C.

Educación se ofrece al Mater Dei El Departamento de Educación del Gobierno foral, en representación de toda la comunidad educativa navarra, se puso ayer en contacto con la dirección del centro escolar Mater Dei para manifestar su más profundo dolor por lo sucedido y ponerse a disposición de la familia de los niños fallecidos, de sus compañeros de clase, del claustro y de la dirección del colegio para todo lo que en estos momentos puedan necesitar, incluyendo el apoyo de un servicio especializado en el proceso de duelo en el ámbito educativo.

Chivite acude al tanatorio. La presidenta navarra, María Chivite, se acercó ayer al tanatorio para mostrar su pésame y acompañamiento a la familia. El vicepresidente Remírez, consejero de Interior, había acudido el viernes por la noche al lugar del accidente.