pamplona - Ihintza y Aiuri llegaron hace apenas tres meses a las vidas de Xabier y Aitzol, una pareja residente en Arraioz, en el valle de Baztan, para ampliar su familia tras un largo proceso que tuvieron que recorrer para conseguir hacer realidad el deseo de ser padres pese a las adversidades.

¿Tenían claro su deseo de ser padres primerizos de mellizos?

-Para nada. De hecho, desde la agencia nos desaconsejaron esta opción, siempre por garantizar la seguridad de la mujer gestante, pero parece que la madre naturaleza quiso darnos un hijo y una hija. No nos lo esperábamos porque las probabilidades que nos dieron se situaban en un 2%.

¿Cómo ha sido el proceso hasta tener a Ihintza y Aiuri entre sus brazos?

-No ha sido un proceso fácil ni sencillo. Nos tomó tres años hasta llegar a tomar la decisión. La clave para estar seguros fue escuchar y conocer de primera mano a las mujeres gestantes que explican su cometido con muchísimo orgullo. Para nosotros fue decisivo porque nos movemos en un entorno muy feminista, y yo mismo también considero que lo soy, y escuchábamos tanto opiniones favorables como contrarias al respecto.

¿Cuál es la relación con la gestante?

-No te voy a decir que es diaria, pero es estrecha. Nosotros fuimos a Washington (Estados Unidos) un mes antes del parto y la relación con la familia de la mujer gestante -que tiene cuatro hijos propios- era diaria. También, una vez dio a luz seguimos teniendo una relación muy buena. Incluso, en Nochebuena nos invitaron a cenar con ellos y nos hicieron un regalo muy significativo: montaron un collage de fotos suyas y nuestras con la frase “Ahora, somos familia”. Eso es lo que nosotros somos para ellos y ellos para nosotros.

¿Ustedes mismos vieron alguna vez con recelo esta práctica?

-Si nos cerramos en pensar que el dinero es lo único que esta detrás de la gestación subrogada, no lo entenderemos jamás. Se me hacía difícil pensar que en un sistema capitalista como el Estados Unidos fuera algo altruista, pero estas mujeres no tienen ni pueden pasar por este proceso basadas en una necesidad económica -tienen que acreditar que están en una buena situación financiera- sino por el deseo de ayudar. Además, tienen que estar muy preparadas tanto físicamente como psicológicamente.