En el asiento trasero de un turismo, llegó ayer Paqui Marín, de 56 años de edad, al recinto de Refena para someterse a la toma de muestras. Protegida con una mascarilla, la mujer afirmó encontrarse “hecha una calamidad. He tenido fiebre, flemas, siento un malestar general...”, resumió. Paqui, trabajadora en una residencia de personas mayores de Burlada, de las Siervas de María, ha estado en cuarentena en casa desde el pasado domingo, día 22 de marzo, cuando empezó a mostrar sintomatología. “Vengo a hacerme la prueba sin ganas y con mucho miedo”, admitió.