- Las gráficas disparadas que observan a partir de la segunda quincena de marzo se corresponden con la ola devastadora de fallecimientos producidos en Navarra en las últimas tres semanas. Ahí se aprecia un desfase evidente entre el exceso de mortalidad y la estadística oficial de muertos por coronavirus según el Gobierno de Navarra. La estadística oficial, por orden del Ministerio de Sanidad, solo registra como víctimas mortales del COVID-19 a aquellas personas que hubieran dado previamente positivo en un test.

Pero la cifra negra, los casos ocultos de defunciones con posibles síntomas compatibles con el COVID-19 pero a los que no se sometió al test, dobla la cifra. El virus sería por tanto la causa de una cifra de muertes en torno a las 400 defunciones, cuando la cifra oficial es 206. "La mortalidad ha superado el rango habitual desde el día 22 de marzo hasta al menos el 3 de abril (último día con datos fiables). Hubo 503 muertes en Navarra en esos 13 días, unas 295 muertes más de las esperadas en esta época del año. El 27 de marzo fue el día con más fallecimientos: 48", refleja el último boletín de la actividad epidemiológica del SNS-O. La interpretación que realizan de dicha gráfica resulta sin embargo de lo más tibia: "Esta cifra es algo mayor que la de defunciones en pacientes confirmados con COVID-19". No es que la cifra sea "algo mayor", sino que es notablemente superior, pues el número de muertes reales se acerca al doble de las defunciones confirmadas. Entre el 22 de marzo y el 3 de abril murieron 147 personas en Navarra por coronavirus, según la estadística oficial. Si en las mismas fechas el exceso de mortalidad en la Comunidad Foral alcanzó las 295 defunciones, existen hasta 148 fallecidos de más en 13 días. Por tanto, y más allá de que haya podido crecer otra causa de mortandad, ese crecimiento tan desproporcionado solo puede ser interpretado por efecto del Covid. La mayoría son pa-cientes a los que no es efectuó el test.

Según el instituto de Salud Carlos III, que usa los mismos datos para su estudio de vigilancia de la mortalidad diaria, los decesos en Navarra entre el 22 de marzo y el 6 de abril (tres días más que las que ofrece el boletín epidemiológico navarro). Las defunciones observadas en ese periodo son 634 y, según los promedios anuales, en dichas fechas se habrían producido en circunstancias normales 244 muertes en Navarra. Es decir, el exceso de mortandad, cifrado en un 159%, es de 390 personas (conviene recordar que en dichas fechas los muertos por coronavirus en Navarra serían 180). En hombres, el exceso de mortandad sería de 203 y en mujeres, de 172. Lo destacado es que en la población mayor de 75 años habría 328 muertes más de las estimadas, un 178% más.

El efecto de la pandemia arrasa por tanto cualquier cálculo. Si bien en lo que ha transcurrido del año 2020, la mortalidad en Navarra estaba por debaja de la media de los cinco años previos, la irrupción del virus ha explotado la tendencia y arruinado centenares de vidas. Desde el 1 de enero hasta el 3 de abril la mortalidad es un 18% mayor en 2020 que en el promedio del último lustro. La consejera de Salud, Santos Induráin, reconoció ayer que la desviación de la cifra oficial de fallecidos y los casos reales "es una variable que estamos monitorizando. El criterio que nos exige el Ministerio es el de fallecimientos por caso confirmados de coronavirus vía PCR. Es evidente y lo hemos visto en los datos de Salud Pública y en la información de Derechos Sociales en residencias, que hay más fallecimientos que pueden tener relación con esta enfermedad (normalmente asociadas a otras patologías también) que los datos de muertes confirmadas. Entre los datos confirmados y la cifra de mortalidad extraordinaria que otros sistemas están detectando hay una diferencia que hay que tener en cuanta y también depurar", afirmó.