- Los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), el contaminante más directamente relacionado con el tráfico de vehículos a motor, registrados durante el primer mes del estado de alarma por el COVID-19 -entre el 15 de marzo y el 15 de abril- se han reducido en torno al 50% en toda Navarra en comparación con el promedio registrado en el mismo periodo durante los cincos años precedentes, según los datos recabados por la estaciones del departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.

Los niveles registrados son los más bajos de los últimos cinco años en todas las estaciones de Navarra y se mantienen muy por debajo del valor límite y del valor guía anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es en ambos casos de 40 microgramos de NO2 por metro cúbico.

En concreto, los datos registrados entre el 15 de marzo y el 15 de abril de este año en cada una de las estaciones de Navarra (Alsasua, Funes, Leitza, Olite, Pamplona-Iturrama, Pamplona-Rochapea, Pamplona-Plaza de la Cruz, Sangüesa, Tudela y Tudela II), que analiza el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, indican una importante reducción en todas las estaciones excepto en la de Funes, que no está influenciada por las emisiones de tráfico, por lo que los niveles de dióxido de nitrógeno son idénticos al promedio del mismo periodo de los cincos años anteriores.

Cuantitativamente, según se desprende de la evolución de los promedios diarios de NO2 en las estaciones de la Comunidad Foral en el periodo 2015-2019 y en 2020, la mayor reducción se ha producido en los medidores de la capital navarra y, entre ellas, la mayor reducción es la registrada en la estación de Plaza de la Cruz, la más orientada al tráfico de la capital navarra (ver gráfico). En concreto, en esta estación se ha producido un descenso de 12 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico, al registrarse una medida de 15 durante el estado de alarma, frente a los 27 medidos en el lustro anterior (-45%), con descensos del 10 y 9 en los medidores de Iturrama y Rochapea, respectivamente (-46 y -48%).

Por su parte, las dos estaciones ubicadas en Tudela han experimentado descensos de 4 y 7 microgramos de NO2 durante el estado de alarma frente al promedio de los cinco años previos (-46 y -47%), reducciones muy similares a las registradas en las demás estaciones distribuidas por la Comunidad Foral. La ubicada en Leitza, con 3 microgramos, es la que ha medido el nivel más pequeño de dióxido de nitrógeno de toda Navarra durante el estado de alarma, la mitad de sus niveles habituales.

Las emisiones del tráfico motorizado son la principal fuente de contaminación en las ciudades y uno de los principales factores que influye en la calidad del aire urbano. El NO2 también es el contaminante típico emitido por las calderas que usan combustibles fósiles, por lo que su evolución está directamente ligada a la climatología, de ahí que puedan darse picos en días de bajas temperaturas, como ocurrió a finales de marzo.

El dióxido de nitrógeno presenta un peligroso catálogo de graves impactos sobre la población humana, ya que se relaciona este compuesto con diversas enfermedades respiratorias, como bronquitis aguda, una disminución de la capacidad de los pulmones, y puede derivar en casos de enfisema pulmonar (enfermedad obstructiva crónica en estos órganos). En este sentido, las personas asmáticas y alérgicas son las más propensas a sufrir las consecuencias de la presencia del NO2 en la atmósfera, así como las mujeres embarazadas y los niños.