- Cuatro de las once zonas de baño naturales de Navarra, concretamente la balsa de la Morea (Beriáin), el manantial agua salada de Estella/Lizarra, el embalse de Alloz (Lerate) y la balsa el Pulguer (Tudela), abrirán desde el próximo 26 de mayo y hasta el 1 de septiembre su temporada de baño 2020.

Navarra está pendiente de si el Ministerio de Sanidad va a regular específicamente las zonas de baño naturales y el protocolo para usar las mismas. En el caso de que no se haga una norma concreta al respecto, el Gobierno foral interpreta que la normativa que hace referencia a playas (en general, no especifica si marítimas o continentales) debería ser la guía útil para las zonas de baño de Navarra. El resto de las zonas, - el río Urederra (Artavia, Allín), el río Araxes (Betelu), el río Esca (Burgi), el río Aragón (Carcastillo), el río Urederra (Zudaire, Améscoa Baja), el barranco de la Foz de Benasa (Navascués) y el río Uztarroz (Uztárroz)- tendrán que esperar al 13 de julio.

A pesar de que la temporada de baño esté anualmente marcada por el Gobierno de Navarra, siendo competencia de Salud y de Medio Ambiente, que son los responsables del control y vigilancia de la calidad de las aguas en estos 11 puntos, la apertura de la temporada no permite ni prohíbe expresamente el baño, sino que ofrece una serie de garantías en cuanto a la calidad del agua. Sin embargo, y aunque desde la Sección de Sanidad Ambiental del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra apunten que la apertura de las zonas de baño naturales de Navarra podría darse a la vez que en las playas con la entrada en la fase 2 de la desescalada, el Ejecutivo foral permanece a la espera de instrucciones concretas del Ministerio de Sanidad.

En esta línea, la jefa de la Sección de Sanidad Ambiental del Ejecutivo foral, María Teresa Ferrer, consideró que la reciente publicación de la temporada de baño ha podido generar "cierta confusión" en cuanto al posible uso de estas zonas o no este verano. "Este es un programa mediante el cual se trabaja estadísticamente para evaluar la calidad del agua mediante muestreos quincenales -que se sitúa entre buena y excelente en las zonas controladas de Navarra-, pero que no adelanta la posible utilización de estas zonas debido a la pandemia del coronavirus", explicó Ferrer.

De esta manera, y aunque todavía no haya nada concretado respecto al cuándo y en qué condiciones se podrá hacer uso de estas zonas de baño, el Ejecutivo foral trabaja ya, junto al resto de comunidades del Estado, en un documento que especificará las condiciones en las que abrirán tanto piscinas como zonas de baño naturales. Así, la jefa de Sanidad Ambiental adelantó que el documento irá en la línea de las recomendaciones generales relativas al lavado frecuente de manos, mantener una distancia de dos metros entre las personas (si no es posible, usar mascarilla), limitar aforos o no compartir objetos.

Y es que, en principio, el principal problema seguiría siendo la transmisión del virus a través de secreciones respiratorias que se generan con la tos y los estornudos y el contacto de persona a persona, ya que la transmisión por el agua parece ser más complicada, acorde al estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para esclarecer la transmisión del virus en las zonas de baño naturales y piscinas, encargado por el Ministerio de Sanidad. Asumiendo que la resistencia del covid-19 en el agua puede ser similar a otros coronavirus, los investigadores defienden que la dilución del virus en el agua sería capaz de mantener el riesgo bajo.

Actualmente, dentro del estado de alarma, todo son incertidumbres respecto al posible uso de las zonas de baño, y también en cuanto al control de las mismas. "Todavía no sabemos qué decisión tomará el Ministerio de Sanidad, pero lo que está claro es que será complicado de gestionar. Hay algunos accesos a estas zonas de baño naturales que podrían cerrarse, pero hay otras que el entorno natural no lo hace posible. También hay que tener en cuenta que, además de las zonas controladas por el Gobierno, el baño es libre en cualquier masa de agua, aunque no sea una zona frecuentada o conocida", apuntó Ferrer. A pesar de que hasta ahora se esté indicando que si la calidad del agua es buena uno se puede bañar, el nuevo factor del coronavirus hace que esta posibilidad se mantenga en el aire. Todavía expectantes a las instrucciones de Sanidad, la jefa de Sanidad Ambiental aseguró tener "al menos la tranquilidad de saber que tenemos unos protocolos muy avanzados y que en Navarra estamos preparados para afrontar una apertura de estas zonas de baño naturales y de las piscinas".

Balsa El Pulguer (Tudela). La Balsa el Pulguer cuenta con un clima árido por su cercanía a las Bardenas Reales. La temperatura del agua en verano oscila entre los 22 y 26ºC y la calidad de su agua es excelente.

Balsa de La Morea (Beriáin). No recibe directamente ningún tipo de vertido de aguas residuales. Por ello, las analíticas han dado en los últimos años valores de excelente calidad. La temperatura de sus aguas fluctúa en verano entre los 18 y 24ªC.

Barranco de la Foz de Benasa (Navascués). Las aguas de la piscina fluvial de la Foz de Benasa proceden del arroyo de Benasa y mediante una tajadera se embalsan en una piscina de hormigón.

Manantial de agua salada (Estella-Lizarra). Esta poza se llena con el agua procedente de un acuífero de yesos y carbonatos, con una concentración en sales muy alta. La temperatura del agua permanece constante durante todo el año (17-18ºC).

Embalse de Alloz en Lerate

(Lerate). El Embalse de Alloz se sitúa a lo largo del cauce del río Salado, con un sustrato compuesto principalmente por arcillas y areniscas. Aquí son habituales vientos de fuerza tres y cuatro y la temperatura de las aguas en verano fluctúa entre los 16 y 25ºC.

Río Aragón (Carcastillo). Zona de baño producida por una presa en el río Aragón. La presa tiene 300 m de ancho. Es una zona con variaciones bruscas del nivel del agua, y es peligroso.

Río Araxes (Betelu). La piscina fluvial es el resultado de un remanso originado por un pequeño azud. Las aguas provienen del Parque Natural de Urbasa-Andía.

Río Esca (Burgui). Debido a que el río Esca es un río pirenaico, las islas de gravas de la piscina fluvial se forman año tras año, van cambiando de configuración.

Río Urederra (Artabia). La piscina fluvial es el resultado de un remanso originado por un pequeño azud. Las aguas provienen del Parque Natural de Urbasa-Andía.

Río Urederra (Zudaire). Es el resultado de un remanso originado por la presa de una central hidroeléctrica y sus aguas provienen del Parque Natural de Urbasa-Andía. Está abierta los meses de julio y agosto y mitad de septiembre, y cuenta con socorrista.

Río Uztarroz. En julio se colocan unos tablones de madera transversales en la piscina fluvial junto al puente, que embalsan el agua y permiten disponer de la profundidad necesaria para el baño. Las aguas tienen en verano una temperatura que varía de 14 a 17ºC.