l primer día en el que Navarra entró en fase 2 fue recibido con los brazos abiertos por los amantes del monte, sobre todo para aquello residentes en los municipios de mayor población, quienes desde ayer ya pudieron salir de ellas para practicar deporte y disfrutar de un paseo o una larga caminata después de casi dos meses y medio sin poder hacerlo.

Desde primera hora de la mañana, los deportistas comenzaron a ocupar los senderos de la geografía Navarra, aprovechando la rebaja de las restricciones con motivo paso a la fase 2.

Araitz Vizcay, de 38 años, y su padre, José Mari Vizcay, de 69, no dudaron en dar ayer un paseo al monte Saioa, una ruta que José Mari realizaba de forma habitual siempre que podía. Después de dos meses sin poder salir juntos, los dos familiares se aventuraron para ir al monte "después de tantos días pudiendo solo pasear por la ciudad", afirma Araiz. Una jornada en la que esperaban que la afluencia de montañeros fuese mayor, "apenas un par de personas nos hemos cruzado", confiesa José Mari, quien asegura que los próximos días su intención es volver en los próximos días: "Solemos juntarnos tres o cuatro jubilados y solemos ir a la Eugi para ir al monte, así que no tardaré en volver".

Para Tomás Zornoza, de 65 años, volver al monte después de tres meses fue "una gran sensación de libertad". Tomás, veterinario de Pamplona ya jubilado, el monte es uno de sus pasatiempos favoritos "no solo por el deporte", confiesa, "también para andar, pasear y pasar el día". "Poder caminar, respirar y el silencio del monte lo hacen únicos, pese a que estos días en la ciudad ha habido silencio, aquí es distinto", confiesa Tomás, quien asegura que, al ver el buen tiempo que iba a hacer en la jornada de ayer, decidió ocupar parte de la mañana para retomar el contacto con el aire de la montaña.

Para Sergio Ortigosa, la jornada de ayer en el monte fue "un día extraordinario". Este jubilado de Elizondo, a sus 70 años, es un apasionado del monte, tanto que, pese a tener una prótesis en la cadera desde hace once años, todas las semanas se escapaba, al menos un día, con su grupo de amigos, auto denominado La Cordada Ácrata, para ir al monte. Pero ayer, Sergio acudió al monte Saioa después de tres meses sin poder disfrutar de la naturaleza como a él le gusta, "un paseo corto desde la Venta de Ultzama para preparar los próximos días que nos juntemos los amigos y hacer una ruta más larga".

"Todos los días hacía bici en casa, con la estática, y cuando se empezó a permitir hacer deporte al aire libre también hacía un poco por el pueblo. Hoy ya tocaba volver al monte. Además ha salido un día extraordinario para poder disfrutar", relata Sergio.

Para Iñaki, un pamplonés de 62 años recién jubilado, la jornada de ayer no solo fue especial por volver al monte, lo fue por ser el primer día que lo hacía desde su jubilación el pasado 28 de abril. Él empezó la cuarentena teletrabajando, como muchos ciudadanos, hasta que le llegó el día de su jubilación, que hasta ahora no había podido prácticamente disfrutar por culpa de la cuarentena. "Me pilló todo un poco a medias. Jubilarte y tener que quedarte en casa no era lo deseado, por suerte ya he podido ir al monte y en los próximos días seguiré con rutas por Navarra, tanto en bici como andando", afirma.

Pese a que Iñaki es federado de montaña, por lo que desde hace dos semanas podía salir de Pamplona a practicar deporte, decidió no hacerlo hasta el día de ayer, ya que, asegura "quería evitar cualquier problema". "Sí que salía a hacer bici por el Soto de Lezkairu, pero había tanta confusión con lo que los federados podían o no hacer durante estas dos semanas que decidí quedarme en Pamplona", confiesa Iñaki.

Una situación distinta vivió ayer Jon, un bombero pamplonés de 32 años, también federado, quien ya había podido salir a disfrutar del monte en las dos últimas semanas, pero desde ayer tuvo que compartir con más montañeros su jornada deportiva. "La semana pasada ya salía a correr un poco por el monte, pero ahora que hay más flexibilización con las franjas horarias se puede hacer con más tranquilidad", recalca Jon, quien sostiene que, mientras el trabajo se lo permita, seguirá acudiendo a correr por el monte para entrenar.