- La evolución es positiva y la remisión de la pandemia en Navarra invita a ser optimistas de cara al pase a la fase 3. Así lo expuso ayer la consejera de Salud, Santos Induráin, que se mostró satisfecha por la evolución de los datos epidemiológicos, aunque apostó por mantener la "prudencia" en la fase 3, escenario en el que se planea abrir las sociedades gastronómicas y peñas -no así bajeras de ocio, pipotes o similares- y tener mayores cotas de libertad, aunque se implantarán restricciones.

Induráin, en conferencia de prensa tras la sesión de Gobierno, indicó que se está trabajando estos días con el Ministerio sobre el pase a la siguiente fase de la desescalada, que confió que así sea, y avanzó que posiblemente en la fase 3 se levanten las restricciones a sociedades gastronómicas. No obstante, en caso de que se autorice el cambio de escenario, dependerán del Ejecutivo foral las limitaciones que se quieran aplica a las flexibilizaciones generales. En este sentido, la consejera apuntó que de momento podrían afectar al aforo en las barras de los establecimientos hosteleros, no así al de mesas de interior y terrazas -cuyo aforo máximo permitido es del 50% y del 75%, respectivamente-, aunque es una decisión que no se ha tomado todavía. Igualmente, en las actividades culturales al aire libre que, en fase 3, pueden ser de hasta 800 personas, el Ejecutivo foral se plantea que sean de 400.

La Comisión de Transición se reúne hoy y "se mantiene la filosofía de la prudencia como en fases anteriores", lo que implica "no llegar a todo lo que permite la fase 3, como se ha hecho hasta ahora", porque "el objetivo es avanzar dando pasitos pequeños", pero "nunca retrocedemos". "Podemos seguir dando nuevos pasos hacia una mayor apertura" destacó Induráin, para la que explicó que se trabaja con una doble filosofía, la de las actividades y la del territorio. Para la primera, detalló, se estudia "ámbito a ámbito" qué actividades son posibles en la fase 3 "pero de manera restrictiva", lo que supone "avanzar hasta la parte mas baja de la horquilla, despacio, para consolidar, con prudencia". En cuanto a la segunda, la adaptación al territorio, aseguró que se escucha al entorno y se tienen en cuenta las peculiaridades "porque la letra pequeña de la desescalada la estamos escribiendo juntos, capítulo a capítulo".

De esta manera, en contacto también con el resto de departamentos del Gobierno y con los ayuntamientos, se trata de diseñar de forma conjunta esta nueva fase que se espera iniciar el lunes y que supone "la antesala del verano, un espacio ya de las autonomías". Un futuro para el que la consejera apeló a la sensibilización y la corresponsabilidad, de ahí la campaña Dos metros, la media de tu compromiso, algo que calificó de "muy importante" como también todos los sistemas de detección del virus.

En lo respectivo a la movilidad, el portavoz del Gobierno foral, Javier Remírez, explicó ayer que la postura del Ejecutivo es de "máxima prudencia" en cuanto al tránsito con las comunidades limítrofes. "Estamos en pleno proceso participativo, todos queremos llegar al máximo de normalidad y por tanto de tránsito", destacó Remírez, que añadió que "el objetivo de las comunidades limítrofes es común, pero quizás los ritmos no sean los mismos".

Por ello, abogó por "ser prudentes, ver cómo avanzan los datos epidemiológicos y, una vez que tengamos el pase seguro a la fase 3 y reflexionemos a nivel interno con la comisión para la transición, tomaremos posición". Asimismo, señaló que no hay un "contacto expreso" con el Gobierno vasco para tratar la movilidad entre ambas comunidades. "El Gobierno Vasco ha manifestado un deseo que todos tenemos que es alcanzar mayores cotas de normalidad y, por tanto, de movilidad", declaró.