- Una joven tudelana de 38 años ha emprendido una cruzada para tratar de ser madre soltera mediante el sistema de la fecundación in vitro después de que el departamento de Salud se lo denegara en varias ocasiones. Estas negativas han sido unas veces porque están "a la espera de informes técnicos que den la autorización", porque han de alterar los presupuestos, haciendo uso del silencio administrativo o simplemente remitiéndose a la Orden Foral 660E/2017 en la que se apoyan ya que excluye a las mujeres solteras de este sistema y las remite exclusivamente al de inseminación artificial (6 ciclos máximo).

La discriminación es tal que el Defensor del Pueblo se ha hecho eco de su reclamación y también el Instituto Navarro por la Igualdad, aunque el departamento sigue manteniendo su silencio desde hace ocho meses, cuando esta tudelana inició su reivindicación.

"Cuando hace dos años le planteé a mi madre la cuestión de ser madre en solitario, tras unos segundos de cavilación me contestó que era una Doña Quijote. No fueron necesarios más adornos. Esa frase se ha grabado en mi piel y con cada desengaño, levanto la cabeza y subo al caballo. Iniciado el tratamiento de fertilidad, durante meses, el cuerpo es vapuleado por la medicación y el agotamiento psíquico tras cada intento fallido es brutal. Mes a mes vas sintiendo como se agrietan tus cimientos y visualizas tus óvulos como pasas secas y arrugadas. No es un tema baladí. No se trata de los caprichos de una mujer. Tiene un amplio trasfondo político y social". Con 38 años, y ya mirando a los 40, "la fecha límite en la sanidad pública", María (nombre supuesto) se enfrenta a su miedos, a los comentarios sociales (que no entienden de empeños ni de caminos no marcados) y a la administración.

En abril de 2019, hace ya 15 meses, esta joven comenzó el tratamiento de inseminación artificial a través de la seguridad social. Pasados cinco intentos y viendo que no se quedaba embarazada empezó a revisar las leyes para optar por la fecundación in vitro, al darse cuenta que el tratamientos al que se sometió tiene una efectividad que ronda el 15%. Espoleada por el reloj que le dirige inexorablemente a los 40 años, María está moviendo cielo y tierra para conseguir optar a la fecundación in vitro mediante la seguridad social, algo que Salud le ha denegado al tratarse de una mujer soltera. "Si tienes pareja, masculina o femenina, y no funciona contigo la inseminación te pasan directamente al otro tratamiento, porque la tasa de éxito es mucho más alta", explica.

María relata la carrera de obstáculos a las que muchas mujeres se han de enfrentar. "Retrasamos la reproducción y cuando estamos listas, nuestro cuerpo nos dice que llegamos tarde. La independencia de la mujer ha supuesto anteponer la carrera profesional y disponer de una estabilidad económica antes que enfrentarse a la maternidad. La búsqueda del padre ideal, la suma de años o las relaciones fallidas son dificultades con las que nos encontramos muchas de nosotras. Escribes una edad límite en el aire y cuando la superas, vas siendo consciente que entras en otra carrera de obstáculos".

Esos obstáculos vitales, los está encontrando también en la administración. Desde hace 8 meses escribe, llama y pregunta en el departamento de Salud, con un tesón encomiable, pero a las trabas burocráticas hay que sumar también ahora la pandemia mundial; aunque su reloj interno no espera. "Por teléfono me dicen que es una petición lógica, que saben que está mal que no me lo den. Dicen que están mirando la carta de servicios y que seguramente lo ampliarán. Dicen que me espere", pero no puede esperar.

El pasado mes de mayo, el Defensor del Pueblo recomendó al departamento de Salud que "proceda a prestar o financiar el tratamiento de fecundación in vitro que demanda la autora de la queja, como madre soltera, lo antes posible". Pero, repasando la documentación ha descubierto que no ha sido la única en recurrir a esta institución por este motivo, ya que en mayo de 2018 otra mujer soltera acudió al Reina Sofía de Tudela y presentó también una queja ante el Defensor que fue estimada y remitida al mismo departamento, que igualmente hizo oídos sordos.

En su escrito sobre la reclamación de María, el Defensor señala claramente que "la procreación, incluidas las técnicas de reproducción asistida, lejos de ser un derecho exclusivo de la pareja heterosexual, es un derecho de titularidad individual, toda vez que el derecho a procrear no está ligado a la familia, sino que se constituye un derecho de la persona". Para ello se apoya en la Ley Foral 17/2019 de 4 de abril, de Igualdad entre Hombres y Mujeres, para recodar y reforzar la anterior opinión pues "viene a reconocer el derecho de las mujeres a acceder a las técnicas de reproducción asistidas, evitando toda discriminación". Igualmente recurre a la Ley 14/2006 del 26 de mayo de Técnicas de Reproducción Asistida en la que se establece que "toda mujer mayor de 18 años y con plena capacidad de obrar puede ser receptora o usuaria de las técnicas reguladas en esta ley con independencia de su estado civil y orientación sexual". En este punto recuerda que esta ley fue recurrida al Tribunal Constitucional y que no se admitió el recurso señalando que "la falta de un padre no vulneraba la Constitución".

El Defensor califica de "incongruente" la Orden Foral 660E/2017 en la que se apoya el departamento de Salud para negar estos tratamientos a las mujeres solteras y que indica que "es aplicables a mujeres mayores de 18 años y menores de 40, personas sin ningún hijo previo sano, mujer sin patología que el embarazo suponga un riesgo y parejas tanto de distinto sexo como del mismo sexo". En su dictamen indica que "la Orden Foral no es congruente con la Ley Foral de Igualdad entre Hombres y Mujeres que dispone que 'el Gobierno de Navarra garantizará el pleno derecho de las mujeres a las técnicas de reproducción humana asistida, independientemente de su estado civil, orientación sexual, procedencia o entidad".

Aunque María se ha dirigido a todas las formaciones políticas no ha recibido contestación de ninguna. En ocasiones ha barajado la posibilidad de acudir a clínicas privadas, pero su elevado coste, y el dilema ético de lo privado, le ha hecho desistir. "Algunos días me levantaba y decía 'me voy a la privada'. He mirado presupuestos en Madrid, Valencia y Zaragoza y rondan entre 5.000 y 10.000 euros. Te dicen 'tienes que tener una conexión especial con el ginecólogo' y eso es una presión añadida porque piensas '¿y si no es así?', son todo sensaciones de culpabilidad. Además si vas a la privada estás sola y tus ingresos no son los de dos personas. Si me gasto los ahorros en un tratamiento ¿cómo mantengo a mi hijo o hija si hay cualquier imprevisto?".

Esta tudelana lo tiene claro, dentro de las opciones que baraja, adoptar es otra más, "es cuestión de dar amor, tenerlo es una prioridad, sentir el embarazo..., pero es cierto que si no puede ser hay otras opciones". Pese a todos los esfuerzos y las puertas que se está encontrando, no pierde el norte, "soy una mujer completa con hijo o sin hijo, no estoy obsesionada, tengo los pies en la tierra". A diario ha de hacer frente a comentarios de amigos y conocidos que en ocasiones la juzgan. "Al final todo el mundo opina. Es como una sensación de culpa. Llegar hasta el punto de decir quiero tenerlo sola es muy difícil".

Pese a la desesperación que vive en ocasiones, tiene claro que va a mantener su lucha hasta conseguir que el departamento de Salud cambie su criterio y, simplemente, cumpla la ley. "La Sanidad Pública en Navarra, ofrece seis intentos de inseminación artificial para mujeres solteras, teniendo una tasa de éxito entorno al 15% a partir de los 37 años. Esto supone un gasto prácticamente inútil en recursos que, se podrían destinar en opciones más acertadas. Por mi estado civil, se me impide acceder a los mismos tratamientos de fertilidad que a otras mujeres con pareja, violando la Ley Foral 17/2019 de Igualdad entre Mujeres y Hombres, en la que se especifica el pleno derecho de las mujeres a la reproducción asistida, independientemente de su estado civil, orientación sexual, procedencia o identidad. A la discriminación se suma el ninguneo ante falta de respuesta y el poco respeto de la Administración Pública. Desde diciembre de 2019, espero contestación de Salud. Me pregunto, por qué la Sanidad Pública mira hacia otro lado".

Las cifras. Según los datos que ofreció el Ministerio de Sanidad en octubre de 2019, los tratamiento de Inseminación Artificial (IA) han caído con respecto a los de Fecundación In Vitro (FIV). Haciendo referencia a datos de 2016 y 2017 señala que en 2016 se realizaron 36.463 tratamienbtos de IA por 34.964 en 2017. Por otra parte se realizaron 138.553 de FIV en 2016 por los 140.941 un año después, en 2017. Igualmente en el país se observa un incremento en el número de madres solteras por elección.

"La procreación, incluída la asistida, es un derecho de titularidad individual"

Mayo 2019

"Cuando hace dos años le planteé a mi madre que quería ser madre soltera, tras vacilar unos segundos, me dijo que era una Doña Quijote"

"Desde diciembre espero respuesta de Salud y me pregunto por qué mira para otro lado"

Tudelana de 38 años