El navarro Javier Urra, exfiscal de menores, exDefensor del Menor, en Déjame en paz? y dame la paga (Ed. Harpercollins NF) nos invita a sustituir las grandes preocupaciones por posibles soluciones, desterrando viejos mitos desde un punto de vista científico. Se puede empatizar, comprender y ayudar al adolescente. Disfrutar y aprender de ellos. Un manual imprescindible que nos ayudará a entender a nuestros hijos e hijas en su etapa más conflictiva y nos enseñará a que ellos también se acerquen a nosotros.

Al decir adolescentes. ¿De qué hablamos 12, 13, 18 años? ¿Cuál es la edad que define la adolescencia?

?La adolescencia se ha adelantado mucho y se ha acortado la infancia. En algunos casos la adolescencia podría ser entre los 12 y 18 años. Luego empieza la juventud larga que se iría hasta los 27 años; es cierto que a los 18 años cambia.

¿Por qué se retrasan esas etapas solo por cómo vivimos?

?Es un tema cultural. Antes, en la época de mi bisabuelo, un chaval de 12 años podía trabajar y la esperanza de vida era de 42 años; ahora está en 85. La vida se ha alargado muchísimo y todo se ha ido desplazando. Es verdad que no se entiende bien porqué se acorta la infancia, probablemente por la vertiente consumista. Hay niños que tendrían que seguir siendo muy niños pero que ya se ven preadolescentes. La eclosión adolescente a los 15 o 16 son etapas difíciles; no saben definirse a si mismos. Además, son poco previsibles para ellos mismos, muy influenciable por el grupo de iguales y por lo que se lleva.

Se culpa a los jóvenes de ser los principales contagiadores del covid ¿Se merecen esta mala fama?

?Creo que no. Haría dos bloques; el primero cuando estuvimos confinados, tengo la impresión de que los adolescentes han mostrado ternura, han apoyado a sus padres cuando se estaba hundiendo su empresa. Hay quien se ha portado muy bien. Pero tampoco les ha resultado tan difícil, porque como sus amigos no salían tampoco tenían interés; se han comunicado por la red. Otra cosa es lo que ha ocurrido después.

¿Qué?

?Que era el momento de piel con piel; de reencontrarse, de intentar tener relacione sexuales. No se les ha mostrado la tragedia en su parte más dura. Valoran el futuro con mucha dificultad. Además se han visto invulnerables, porque el mensaje era que se morían los mayores de las residencias. Piensan que el problema va con los abuelos, no con ellos. Ahora, el Gobierno ha hecho alguna campaña, tarde, pero bien. Otra cuestión es la sobreprotección. No hemos sabido en España transmitir a los niños que se pongan en el lugar de los otros, que cuiden a los otros. En su defensa diría que los mensajes han sido muy confusos. Ahora en los centros docentes les comunicarán mejor lo que ocurre.

Si cogemos al pie de la letra lo de déjame en paz y dame la paga, en boca de una persona en formación no corremos el riesgo de que dentro de un año esté trapicheando o en juegos on line?

?La mayoría de los adolescentes son majos; son estudiantes y deportistas, con un gran sentido de la lealtad, son muy de vivir el presente porque están viendo con el covid tienen en su en contra el trabajo, la imposibilidad de un piso. Déjame y dame la paga es una frase normal en cualquier joven. Nos dicen que quieren estar en su espacio y que necesitan la paga. Lo que haríamos bien los padres y abuelos es recordar que hemos sido adolescentes.

¿Comete un error un padre o una madre si trata a su hijo de 15 años como un adulto pequeño?

?Sí. Tienen que leerse este libro (sonrisas) y una vez que lo hagan ponerlo en práctica; es un guía de recetas El adolescente no es un adulto en pequeñito; es un adolescente que está en una etapa de eclosión.

¿Un padre o una madre puede ser el amigo, el colega, el compañero de juegos de su amigo adolescente?

?No. Son sus padres. Eso no quiere decir que si un día te fallan tus amigos, nosotros estaremos desde una distancia óptima para ayudarles en todo lo que podamos. Pero nunca seremos su amigo; soy tu padre. De mayores podemos estar muy a gusto haciendo algunos planes juntos, pero cada uno tiene su papel.

En la connivencia diaria hijo/a adolescente, padre, madre, para combinar autoridad y un trato armónico ¿cuál sería algunas reglas de oro?

?Sin duda; uno, escuchar, pero también enseñarle a escuchar, otro saber que se quieren mucho, a pesar de que discutan mucho, porque la convivencia genera conflicto contigo mismo y más con un chaval que tiene aspiraciones; el amor es esencial. Otro punto esencial es el humor, los adolescentes son muy sensibles al humor, es bueno reírse con ellos. La transmisión esencial es que nos queremos, nos amemos y a veces no nos soportamos. Es en ese momento que menos se lo merecen cuando más necesitan nuestra ayuda. Porque a veces se ponen insolentes, pero estar ahí en la distancia es clave, pero sabiendo que los adultos tenemos derecho a la dignidad, al respeto.

¿Qué suele necesitar más un adolescente: que sus padres le dejen en paz o que su grupo le acepte?

?Ellos dirían que les acepten los amigos, aunque si tu preguntas a los chicos que es lo esencial en su vida, ellos dirían en un 80% que la familia, pero el viernes lo importante es recibir la llamada de los amigos para salir; la crisis llega si quedan y no le llaman por eso el acoso escolar es terrible para un chaval de 14 años, porque el grupo al que quiere pertenecer le rechaza y él está desubicado. Ellos se apoyan en la familia, les da seguridad, pero buscan el aplauso de los iguales; se refuerzan unos con otros.

En Europa, los jóvenes se independizan mucho antes que en el Estado. ¿Aquí les sobreprotegemos?

? Sí. En los países nórdicos donde salen prontísimo y luego está también el caso de EE.UU. Son culturas donde las relaciones son menos nucleares; se entiende que los chicos han de salir. Aquí nos alargamos más en el tiempo. Se produce también una anormalidad de los jóvenes al acceso laboral, a la independencia de un hogar; no ven la posibilidad económica. Pero cuando el chico se va a vivir solo hace todo lo que no hacía en casa; el tema es cuál es la responsabilidad de los chicos y la de los padres y si eso va cambiando con el tiempo.