Gerardo Irisarri es vecino de Barañáin y sufrió un infarto hace cinco años. “Era una persona que hacía muchísimo deporte. Jugaba al fútbol sala y pasaba dos horas en el gimnasio al día”, relató. Ese día se levantó de la cama y no se sentía bien y en ese momento, “me dio una parada cardíaca y ahí me quedé como un pajarico”, expresó. Su hija Iratxe ese día había ido a casa y escuchó unos ruidos. Al principio, pensó que se estaba muriendo el perro que tenían o que algo le pasaba al animal. “Se levanto de la cama y vio que no era el perro, que era su padre que estaba allí muriéndose”, manifestó Irisarri.

Su hija no sabía que hacer y por ello pidió socorro a su vecino, profesor de educación física que “unos ocho o diez días antes había recibido en el instituto que trabaja un curso sobre desfibriladores y reanimación cardiopulmonar”. Sobre el aprendizaje, el profesor se mostraba bastante precavido, “siempre decía que ojalá no le tocara nadie porque quien le tocara iba a fallecer. Y justo le toqué yo”, contó Irisarri. Empezó las maniobras “con lo que sabía y lo que le indicaban del 112 y con eso consiguió que no me faltara oxígeno al cerebro”, expresó.

Por otro lado, incidió en que en la situación actual, sería una faena debido a la pandemia, ante un infarto o una parada cardíaca no poder reaccionar por miedo a contagiarse. Sin embargo, destacó que “qué bonito y emotivo es el poder salvar una vida mediante la reanimación”.

“Me dio un infarto con muerte súbita”

“Me dio un infarto con muerte súbita”El vecino de Zizur Luis Elizalde hacía vida normal hasta que hace cinco años sufrió una parada cardíaca. “Estaba alejado de todos los temas de salud, no conocía a mi médico de cabecera y era fumador”, confesó. El día que le ocurrió el incidente, él se iba a trabajar y “me dio un infarto con muerte súbita”. Se encontraba con su mujer y al principio ella no supo cómo reaccionar.

“Mi mujer empezó a llamar a la vecina y al ver que ésta no respondía, llamó al 112”, relató. Allí, “le iban indicando poco a poco lo que tenía que ir haciendo. Ella nunca había oído hablar de la reanimación cardiopulmonar”, aclaró. Finalmente, la vecina vino a la vivienda y mientras los técnicos del Servicio de Emergencias se pusieron en contacto con una patrulla de la Policía Municipal de Zizur. Ellos habían recibido quince días antes la formación de El ABC que Salva Vidas.

Después de un mes en el hospital y dos años de baja “poco a poco me fui recuperando y sigo trabajando”. “Mi vida es normal gracias a esta cadena de supervivencia”, reconoció. / Foto: