- No hay ninguna duda de que los últimos meses están siendo extraordinarios para todos. La pandemia ha trastocado el día a día de la gente y la evolución de la misma ha acarreado diversas medidas que han ido cambiando con el tiempo, y aunque las medidas afectan a todos, las consecuencias no suelen ser iguales para todos. Por ejemplo, en marzo, cuando se cerraron las fronteras del estado, las localidades fronterizas, entre ellas Urdazubi o Zugarramurdi quedaron casi desiertas de clientes. Pasaron meses hasta que pudieron trabajar con la "nueva normalidad", y tras un verano de mucho trabajo, las nuevas medidas que entraron en vigor ayer en Nafarroa han vuelto a cambiar el panorama de Xareta. Si bien todos los bares y restaurantes de la zona han tenido que echar la persiana, como en toda la Comunidad Foral, la frontera de Urdazubi no se cerró como las de las comunidades limítrofes, porque no es competencia del Gobierno de Navarra cerrar fronteras internacionales.

Una situación que ha generado confusión en Iparralde, donde sus vecinos creían que a partir de ayer no podrían pasar la muga, por lo que tanto el martes como el miércoles fueron muchos los que se acercaron a Dantxarinea a hacer acopio de víveres, tabaco o gasolina, entre otros.

Ayer, por el contrario, quizá porque muchos los clientes de Iparralde no se habían enterado de que la muga de Dantxarinea no estaba cerrada, la afluencia de gente fue bastante menor, "mucho menor que un jueves habitual", según indicó Iñaki Ariztia, alcalde de Urdazubi. Según Ariztia, también influirá el hecho de que los bares y restaurantes del pueblo y de Dantxarinea estén cerrados, "en mala época", pues en Iparralde esta semana y la siguiente tienen las vacaciones de todos los santos, "dos semanas que en el pueblo se trabaja muchísimo. Que los bares y restaurantes estén cerrados ahora es una gran pérdida para todos". Desde el Ayuntamiento de Urdazubi han solicitado al Gobierno de Navarra que reconsidere la medida de cerrar bares y restaurantes, más si cabe estas dos semanas, "que trabajamos más que en Navidad". Ariztia lamenta que "no es justo tener que cerrar cuando en el pueblo no hay ningún caso de coronavirus. Teniendo en cuenta que recibimos 4 millones de visitantes al año, y no tenemos casos de covid-19, es señal de que se están haciendo las cosas bien". Están insistiendo al Gobierno Foral en que reconsidere la decisión de cerrar los bares y restaurantes.

Txomin Iribarren, presidente de la Asociación de Comerciantes de Dantxarinea, también mostraba su contrariedad al cierre de la hostelería, "prácticamente el 30% de los trabajadores de las ventas (500 o 600 personas según temporada) dependen de la hostelería. Ya pasamos prácticamente tres meses sin trabajar, y ahora dos semanas más sin bares ni restaurantes, es mucho, sobre todo para los 3 restaurantes del pueblo. Es verdad que en Dantxarinea casi todas las ventas tenemos otros servicios además de la hostelería, pero todo el mundo se verá afectado".

Por su parte, Pedro Lanau, responsable de Gourmet Lanau, situado en Dantxarinea, dedicado a productos delicatessen, comentaba que los últimos días "han sido bastante ajetreados", porque mucha gente quiso abastecerse, porque pensaban que se cerraría la frontera". Ayer, en cambio, no había movimiento. Lanau mira al futuro con la esperanza de que la situación mejore, pues en su caso, el negocio lleva dos años en funcionamiento, y "cuando el negocio empezaba a despegar", llegó la pandemia, "un duro golpe", del que hay que levantarse y mirar hacia adelante".