- Bioquímica, Literatura y Cultura Clásica, Psicología, Astrofísica o Química. Estas son las carreras que les gustaría estudiar a los chicos y chicas que participan en este reportaje. Prefieren mantenerse en el anonimato lo que demuestra que aún queda mucho camino por recorrer a la hora de dar visibilidad a las altas capacidades.

Los hermanos Paula y Nicolás, de 12 y 14 años, eran muy pequeños cuando supieron que tenían altas capacidades. Ella aprendió a leer a los 3 años y sus padres le llevaron a hacer las pruebas. “En mi anterior colegio me aburría muchísimo y veía que a los demás les parecían difíciles cosas que a mí no”. Algo parecido le pasaba a su hermano. “Cuando era pequeño yo me veía normal y a los que veía diferentes o raros era a mis compañeros. No entendía por qué tenían que repetirlo todo tantas veces”, recuerda. Ambos han cambiado de colegio, pueden ir a su ritmo y reciben una atención diferenciada. “Me aceleran en varias asignaturas cosa que no hacían en mi anterior colegio”, afirma Nicolás. Ambos coinciden en que hay muchos mitos en torno a las altas capacidades. “No significa saberlo todo ni que todo se nos dé bien, simplemente tenemos una capacidad para comprender las cosas más rápida que la de los demás”, asegura Nicolás. Paula añade: Parece que lo único que te hace ser inteligente es que se te den bien las mates. También está la creatividad, el lenguaje, la empatía...”.

Mario, de 10 años, supo hace dos que tenía altas capacidades. “La iniciativa partió de mi madre, motivada por otra madre de una niña de mi clase que veía muchos gastos parecidos al de su hija. Mi tía que es psicopedagoga se lo había dejado caer pero mi madre no se lo tomaba en serio porque tenía un concepto erróneo de las altas capacidades”, explica. Cuando se lo contaron le sorprendió “ya que no sabía lo que significaba y la orientadora me explicó que mi cerebro iba más rápido que el de la mayoría de niños de mi edad”. Este chico, que en algunos aspectos sí se veía diferente, “contestaba a las preguntas más rápido, me interesaban temas y leía libros más avanzados”, asegura que, en general, está contento con la atención y recursos que le da su colegio. “Estoy en 5º y me estoy aburriendo bastante. De hecho las Matemáticas han pasado de ser mi asignatura favorita a ser aburridas, aunque el profesor ya nos ha puesto a varios en un proyecto diferente”, remarca Mario.

Y relata algunas anécdotas. “Hace unos días unos chicos mayores me preguntaron si era superdotado. Le dije que sí y uno me comentó que rollo estudiar tanto. Otro le dijo que molaba porque te sabías todo en los exámenes, y le respondí que la superdotación no significa que te sepas todo sin aprenderlo antes sino que te lo aprendes más rápido”. “También nos llamaban el grupo de listos”, cuenta.

Cuando tenía 6 años, A.S., comenzó a tener dolores de tripa y no quería ir al colegio. Las pruebas confirmaron las sospechas de sus padres. “Desde pequeña leía mucho y nunca quería ir al colegio. Cuando me lo contaron, al ser pequeña, no significó mucho para mí. Mis padres conocían familiares cercanos que sabían lo que suponía tener un hijo con altas capacidades y sabían que no era un camino fácil”, explica A.S., que se cambió de colegio en 5º de Primaria y en 1º de ESO tuvo un enriquecimiento curricular en las asignaturas troncales. “La orientadora y profesoras me ayudaron mucho y este año he pasado de 1º a 3 de ESO”, afirma esta joven, que asegura estar contenta en su colegio pero “por experiencias anteriores creo que faltan recursos y siempre somos los olvidados. No nos entienden”.

En cuanto a mitos, además de tener que demostrar que no saben todas las respuestas, esta joven cree que “la gente no comprende con qué intensidad sentimos las cosas, tanto buenas como malas, ni los nervios y ansiedades que tenemos. Nos sentimos poco comprendidos por profesores, compañeros y gente que nos rodea”.

“Yo me veía normal, a los que veía diferentes era a mis compañeros. No entendía por qué había que repetirles todo tanto”

14 años

“Faltan recursos y somos los grandes olvidados. Nos sentimos poco comprendidos por la gente que nos rodea”

13 años