- Amaya Iriarte Iribarren es cuidadora de la residencia Virgen de Jerusalén de Artajona, centro en el que residía la primera mujer fallecida en Navarra a causa de la covid-19. Era marzo e Iriarte cuidaba de ella como siempre, con cariño y abrazos, cuando todavía no se sabía realmente el alcance del virus. "Me contagié cuando se oía que estaba por Asia, pero no sabíamos lo que era", señaló, y apuntó que "nunca me había cogido ningún virus en la residencia". Tras el contagio, pasó unos días "muy duros" y después fue ingresada, pero lo peor fue cuando transmitió el virus a su marido, un momento que ayer recordó con lágrimas en los ojos. "Yo le contagié a mi marido y estuvo en la UCI 40 días y 20 entubado y sedado. Por suerte ahora estamos bien", comentó emocionada, aunque todavía no ha podido regresar a su puesto de trabajo por las secuelas de la enfermedad.

Iriarte fue la representante del personal sociosanitario para recoger la Medalla de Oro de Navarra y en su intervención remarcó que, aunque estuvo presente ella, podrían haber estado en su lugar "cualquier otra compañera o compañero que trabajan cada día en una residencia". Sobre los centros, la cuidadora indicó que "están preparando ya las Navidades": "Las personas residentes están concienciadas de que no van a salir y ya están pensando en el menú, dicen que se tomarán un cubata (risas) y están adornando las residencias igual que si fuese su casa". Por último, subrayó que "esta crisis sanitaria ha supuesto mucho dolor y mucho sufrimiento, sin embargo está siendo una fuente inagotable de oportunidades de mejorar aspectos que igual no estaban en primera línea de la agenda de necesidades de la comunidad".

"Esta crisis ha supuesto mucho dolor, sin embargo está siendo fuente de oportunidades de mejora"

Cuidadora de la residencia de Artajona