- “Lo primero que hice en cuanto pise Pamplona, con la PCR negativa, fue ir a ver a mi abuela”, cuenta Maitane Marcos, una joven pamplonesa de 23 años que ha estado trabajando durante cuatro meses de au pair en Londres. “Yo tenía los billetes desde noviembre para volver en Navidad, pero me cancelaron esa fecha con motivo de la pandemia”, explica Marcos, graduada en Trabajo Social. Después compró otros billetes para poder regresar el 21 de diciembre, como finalmente hizo. “Pero dos días antes de volver, Boris Johnson anunció que entrábamos en fase 4, eso significa que los casos positivos se habían disparado y teníamos una nueva cepa de coronavirus. Por lo tanto se cerraban las fronteras”, expresa ahora del mal recuerdo.

“Estaba en estado de pánico pensando si podía salir de allí”, señala acerca de la incertidumbre que le producía la cancelación de vuelos. “Por suerte no habían cerrado todos los aeropuertos y pude volar desde Londres. Pero las fronteras con Alemania y Francia ya estaban cerradas, y España no decía nada”, añade.

“Tanto para ir como volver, es necesaria una PCR negativa”, desarrolla. “Para ello podías reservar cita en el aeropuerto, pagando alrededor de 160 libras. Pero ese día la página se bloqueó”. “Al final con paciencia conseguí la cita para el día 19 de diciembre, dos días antes del vuelo, y tenía mi prueba negativa”, señala. “Tenía que llegar a Bilbao, pero antes hacía escala en Madrid, y allí perdieron mi maleta y casi no puedo embarcar. Al menos hoy, he llegado a casa. Por suerte, mi padre pudo venir a buscarme a Bilbao con una copia mi DNI y de los billetes. Volver con él a casa fue lo mejor del viaje”, recuerda Marcos, feliz.