El mundo de la cachimba vive un "boom" en España que no decae ni en tiempos de pandemia, aunque una parte de su crecimiento esconde prácticas que están cuanto menos al borde de la ilegalidad: se fuma en el interior de pubs y discotecas, el tabaco no se vende en máquina como indica la normativa e incluso es promocionado en redes por "influencers" y "youtubers".La pipa de agua -también llamada "shisha" o "hookah"- es un aparato utilizado para fumar tabaco de sabores; las ventas de este tipo de tabaco, que se comercializa habitualmente en estancos, se han triplicado en cantidad y cuadruplicado en valor en los últimos cuatro años.

A falta de cerrar los datos de diciembre, en 2020 se comercializaron más de 2 millones de kilos de tabaco de pipa de agua, lejos de los 688.000 kilos de 2016, y el negocio supera ya los 200 millones de euros, frente a los 50 de entonces.

A esto se le suma toda una serie de dispositivos asociados: mangueras, boquillas, cazoletas, carbones...

La venta de este tipo de tabaco no ha dejado de aumentar ni siquiera por el coronavirus, y durante los once primeros meses del pasado ejercicio subió un 40 % en valor, en contraste con las caídas que acumulan los cigarrillos (-9 %) y los puros (-6 %) y la leve subida del de liar (+3 %).

La moda de la "shisha" ha aterrizado en España más tarde que en otros países europeos, y en sólo una década el mercado ha pasado de ofrecer apenas 2-3 marcas a contar ahora con más de 40 y unas 900 referencias en total.

VINCULADO AL OCIO

Así lo aseguran a Efeagro fuentes del sector, que ven detrás de este auge un cóctel con muy diferentes factores, entre ellos algunas prácticas en teoría no permitidas por la normativa vigente.

"Empezaron por las teterías, pero su expansión se da cuando llegan a discotecas y salas de fiesta", explica el gerente de un pub especializado en "shisha", quien reconoce que aunque en teoría sólo está permitido en terrazas, es muy habitual que se permita su consumo en locales cerrados.

De hecho, un rápido vistazo por las redes sociales de algunos establecimientos es suficiente para confirmarlo, aunque también hay "trucos" para salvar las apariencias.

A nivel legal el consumo de productos sin nicotina en lugares cerrados se mueve en una especie de limbo que es aprovechado por algunos: "Las salas tienen varias cajas, en algunas ponen fumables de sabores sin nicotina y son las que muestran cuando vienen inspecciones", relata un distribuidor de cachimbas, que confirma no obstante que el que se consume mayoritariamente es el "normal".

Además de la conocida como "ley antitabaco", aparentemente también se viola la normativa de 1998 que regula este mercado, y que prohíbe específicamente la venta fuera del estanco si no es en una máquina automática.

"Hay mucha confusión, ni siquiera los bares lo saben muchas veces. En España no se puede vender tabaco de forma manual, la única excepción que se hace es con los puros. Para cumplir la norma, el cliente de estos locales debería acercarse a la máquina, comprar un paquete, dárselo al 'shishero' y que éste le cobrara por la elaboración de la cachimba", explica un estanquero.

Un escenario inviable, según relata, ya que las máquinas actualmente no están preparadas para distribuir los formatos utilizados por la mayoría de las marcas (botes, bolsas grandes, etcétera).

"LA LEY DE LA JUNGLA"

Desde el propio sector se habla de "vacíos legales" y de "falta de control", pese a que el Ministerio de Sanidad ya en 2019 inició una campaña -no exenta de polémica- en la que equiparaba el uso de estas pipas a los cigarrillos y los vapeadores.

Otro "ingrediente" en este "boom" de la cachimba es la proliferación de "influencers" y "youtubers" especializados que se graban mientras prueban y analizan las novedades del mercado, una práctica que podría incluirse en el ámbito de la promoción del tabaco y que también estaría prohibida.

Además, se registran casos de contrabando, ya que aunque la compra de tabaco a distancia en España está prohibida, en la práctica se puede pedir "online" a webs extranjeras y recibirlo en el domicilio.

Con la pandemia el consumo de tabaco de pipa se ha trasladado de fuera a dentro del hogar, lo que explica el incremento registrado estos meses.

El propio sector alerta de lo que se avecina: "Esto es la ley de la jungla y apenas hay control. En la tienda vemos que el consumidor cree que este producto es menos perjudicial para su salud, e incluso algunos jóvenes vienen con sus padres para que se lo compren. Al final esto será malo para todos, porque el legislador llega tarde pero llega, e impondrá sanciones", avisa un estanquero especializado en tabaco de pipa de agua bajo condición de anonimato.