La vacuna de Moderna contra el COVID-19 también es efectiva contra las nuevas variantes del virus identificadas en Reino Unido y Sudáfrica, según los resultados de los estudios de neutralización 'in vitro' de sueros de personas vacunadas con esta vacuna.

El estudio, que se ha enviado como preimpresión a bioRxiv y se someterá a una publicación científica revisada por pares, no mostró un impacto significativo en la protección contra la nueva cepa británica. Sin embargo, sí ha evidenciado una reducción de protección de seis veces con la variante sudafricana. A pesar de esta reducción, los niveles de neutralizantes contra la variante sudafricana se mantienen por encima de los niveles que se espera que sean protectores.

Así, Moderna "espera" que la pauta de dos dosis de la vacuna sea protectora contra las cepas emergentes detectadas hasta la fecha. No obstante, la compañía ha anunciado una estrategia clínica para hacer frente de forma proactiva a la pandemia mientras el virus sigue evolucionando.

En primer lugar, la empresa probará una dosis adicional de refuerzo de su vacuna para estudiar la capacidad de aumentar aún más los títulos de neutralización contra las cepas emergentes. En segundo lugar, la empresa está desarrollando una variante de refuerzo contra la cepa sudafricana. Moderna ha avanzado que ya está en estudios preclínicos y en un estudio de fase 1 en Estados Unidos para probar estas dos posibilidades.

"Mientras intentamos derrotar al virus, creemos que es imperativo ser proactivos a medida que el virus evoluciona. Nos alientan estos nuevos datos, que refuerzan nuestra confianza en que la vacuna debería ser protectora contra estas nuevas variantes detectadas. Por abundancia de precaución y aprovechando la flexibilidad de nuestra plataforma de ARNm, estamos avanzando un candidato de refuerzo de variantes emergentes contra la variante identificada por primera vez en Sudáfrica en la clínica para determinar si será más eficaz para reforzar los títulos contra esta y potencialmente futuras variantes", ha comentado el director general de Moderna, Stéphane Bancel.

Detectada por primera vez en septiembre en Reino Unido, la variante B.1.1.7 del SARS-CoV-2 presenta diecisiete mutaciones en el genoma viral, con ocho mutaciones localizadas en la proteína de espiga (S). La variante B.1.351, identificada por primera vez en Sudáfrica, tiene diez mutaciones localizadas en la proteína S. Ambas variantes se han propagado a gran velocidad y se asocian a una mayor transmisión y a una mayor carga viral tras la infección.