La escasez de agua de los embalses es una “mala noticia” para la Comunidad Foral, según ha informado esta mañana Paloma Castro, delegada territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), en una rueda de prensa enmarcada en la llegada de la temporada invernal. El agua embalsada, ha indicado, “se ha quedado en 418 hm3, lo que supone 41 puntos”. Es decir, el nivel de los embalses se encuentra por debajo de la mitad de su capacidad, por lo que “entramos en una especie de sequía un poco crítica”, ha señalado.
Sin embargo, esta situación no se ha mantenido durante todo el año ya que en algunos momentos de abril y del verano, los niveles superaron las cifras de 2024. No obstante, la escasez de lluvias durante los meses de septiembre y octubre, en los que “no ha llovido prácticamente”, ha hecho que el nivel haya descendido por debajo, incluso, de los datos de 2023. En esta línea, Castro ha resumido que ha sido “el otoño quien ha dado el pistoletazo de bajada a los embalses, exceptuando el mes de noviembre, que impulsó las cifras, aunque con poca alegría”.
Pese a que solamente quedan dos semanas para cerrar el año, la delegada ha querido recordar que estos datos “no son definitivos”. “Si no parase de llover en lo que queda de 2025, a lo mejor, alcanzaríamos la media de los diez últimos años, pero dudo mucho que se sumen otros 50 hm3”, ha detallado. En el peor de los casos, "seguirá la tendencia que está experimentando ahora y se quedará en un año ligeramente seco”, ha remarcado.
Lluvias y temperaturas de otoño
En cuanto a las precipitaciones registradas durante el otoño, “lo normal” habría sido alcanzar un valor de unos 260 litros por metro cuadrado. Sin embargo, ha lamentado Castro, “aunque se supone que íbamos a llegar ahí para el mes de noviembre, por el contrario, se han registrado valores siempre por debajo de los normales”.
Esto supone que, como máximo, el cómputo de precipitaciones será de 190 l/m2, lo que se traduce en un déficit de 70 l/m2. Con estos datos, la delegada ha concluido que el otoño ha sido “muy seco” y que, al analizar la serie histórica, “en comparación con 1961, nos hemos quedado muy por debajo del valor de la mediana del periodo de referencia”.
Esta tendencia de precipitaciones, ha añadido, no ha sido exclusiva del otoño, sino que se ha mantenido durante todo el resto del año. Así, ha detallado Castro, “a principios de 2025 las cifras eran buenas, aunque luego llegó el primer déficit que se mantuvo hasta abril, donde se produjo el primer superávit”. Después, el comienzo del verano trajo consigo esa sequía que, “desgraciadamente, se ha prolongado también durante el otoño”, indicó.
En lo que se refiere a las temperaturas, la temporada otoñal ha sido, en general, “muy seca en Navarra” y ha presentado una anomalía térmica de 0,9 grados. No obstante, “no se trata del otoño más cálido de la historia ya que otros, como el de 1994, 2006, 2023 o 2024, registraron cifrás más elevadas”, ha aclarado Castro.
El conjunto del año, a falta de estas dos últimas semanas, la temperatura “ha quedado en 14,5 grados y respecto al valor medio del año, en 1,5”, ha concretado. Finalmente, si esto se termina confirmando, “se podrá decir también que 2025 ha sido un año cálido o muy cálido”, ha concluido la delegada.