La efectividad de la vacuna contra la covid-19 va siendo cada vez más visible. Ya se ha visto en las residencias, donde los casos se han reducido a mínimos, y ahora se escenifica en el colectivo sanitario, el segundo grupo que recibió las dosis y que ha visto como los contagios entre sus profesionales se han reducido un 85% desde que comenzó su inmunización. Este descenso se ha dado en un mes, en el que la gran mayoría de sanitarios han recibido la primera dosis y muchos la pauta completa. Así el pasado 3 de febrero, según los datos publicados semanalmente por el departamento de Salud, había 68 profesionales sanitarios del sistema público con infección activa de covid-19 y en la última semana se habían detectado 28 nuevos positivos. Justo un mes después, el 3 de marzo, Salud informaba de 12 casos activos (un descenso del 82,3%) y reportaba 4 contagios en la última semana (una reducción del 85,7%).

La vacunación al personal sanitario se inició el pasado 18 de enero, con la llegada de las dosis de Pfizer y Moderna a los hospitales, empezando con los profesionales de primera línea, aquellos que tienen una mayor exposición al virus. Entonces, Navarra estaba inmersa en la tercera ola de la covid-19, tras la Navidad, y en las semanas precedentes los casos activos entre profesionales sanitarios se situaban en torno a los 50, con una media de 25 contagios nuevos a la semana. No obstante, la incidencia en el colectivo siguió creciendo durante todo el mes de enero y se llegó al 3 de febrero con casi 70 casos activos y rozando los 30 nuevos contagios semanales.

Tres semanas después del inicio de la vacunación, a partir del 8 de febrero, arrancó la inoculación de las segundas dosis, pero los efectos de la vacuna se notaron mucho antes. Cabe destacar que a los sanitarios de centros privados se les ha vacunado con Moderna y a los de centros públicos con Pfizer y sobre este último preparado se ha publicado un estudio en la revista científica New England Journal of Medicine, en el que se apunta a que bastaría con una dosis de la vacuna de Pfizer para estar inmunizado. Según esta publicación, la primera dosis de este preparado otorgaría un 92,6% de inmunidad, cifra que ascendería al 94,8% al recibir la segunda dosis. En cualquier caso, la realidad es que a las dos semanas del inicio de la primera dosis, la incidencia en sanitarios descendió casi a la mitad: de los 68 casos activos a los 39 y de detectar 28 nuevos contagios a la semana a 17. La tendencia ha continuado a la baja de forma paulatina hasta la semana pasada, en la que eran 12 los casos activos y 4 los detectados en la última semana.

Los sanitarios de 1ª línea, inmunes la próxima semana

Los de 1ª línea, inmunes en breve Los sanitarios fueron el segundo grupo en ser inmunizado tras los usuarios y el personal de residencias, que fueron los primeros en recibir la vacuna al ser una población de riesgo y estar en un espacio en el que el virus se ha cebado especialmente. Tras ellos, los siguientes en recibir el antídoto fueron los sanitarios de primera línea (grupo 2), que terminaron de recibir la primera dosis a mediados de febrero y que Salud estimaba que para la semana que viene este grupo haya recibido ya la pauta completa.

Tras ellos, a mitad de febrero, se comenzó a vacunar a los sanitarios de segunda línea (grupo 3a), con los que se sigue avanzando con la primera dosis, que se espera que se termine de inocular la semana que viene y seguir con la segunda. Después vino el turno de profesionales sanitarios de bajo riesgo (grupo 3b) que surgió de la llegada de las dosis de AstraZeneca, que solo se pueden administrar a personas menores de 55 años. Dentro de este grupo se encuentra el personal con poco riesgo de exposición al virus y otros colectivos sanitarios como fisioterapeutas, logopedas, podólogos, psicólogos, etc. Todos ellos reciben la vacuna británica desde el 11 de febrero y como la segunda dosis se inocula a los tres meses, habrá que esperar a mayo y junio para que estos profesionales hayan completado la pauta de vacunación.

Al mismo tiempo, Salud continúa avanzando con la administración de la vacuna a los y las trabajadores de servicios esenciales (bomberos, policías, docentes, etc.), a grandes dependientes urbanos y a los mayores de 80 años.