Muchas personas se enfrentan estos últimas meses en Navarra al proceso de vacunación contra el coronavirus con temor, tanto que pueden llegar a rechazan lo que otras anhelan. Hay tres escenarios ante el temor a las vacunas: personas que tienen miedo a las inyecciones (y la mayoría de vacunas son inyectables), las que tienen miedo a las vacunas debido a los posibles efectos secundarios, y las que no tienen miedo a las vacunas pero sí a la del covid19.

No se trata de la inquietud con la que casi todo el mundo afronta un proceso de estas características, se trata de algo más. Según el Manual de Diagnóstico Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), una fobia específica debe de cumplir los siguientes criterios: miedo o ansiedad intensa ante la presencia del objeto o situación fóbica específica (inyección, sangre, volar€), evitación del objeto o de la situación fóbica, el miedo o la ansiedad provocada por el objeto o situación es desproporcionada al peligro real, el miedo o la ansiedad son persistentes durando seis meses o más, el miedo o ansiedad son clínicamente significativos provocando malestar en distintos ámbitos (social, laboral, familiar, y por último el trastorno no se debe a la presencia de otro trastorno mental.

Tripanofobia: miedo a las inyecciones y a la sangre

La tripanofobia o aicmofobia como toda fobia es un miedo patológico a las agujas u otros objetos que puedan pinchar o cortar. Es una de las fobias más comunes, aproximadamente el 10% de la población lo padece, lo que en el caso de Navarra supondría unas 65.000 personas.

En esta fobia se produce una respuesta en la que en un primer momento el sistema nervioso autónomo provoca palpitaciones, sudoración y problemas a la hora de respirar, y a continuación, se da una respuesta vasovagal que provoca el desmayo. Inicialmente el nerviosismo se relaciona con la ansiedad anticipatoria al pensar en lo que va a suceder, y en el momento en el cual ven la inyección o la sangre, se produce un enlentecimiento cardiaco y de la respiración, llegando en algunos casos al desmayo.

Estas fobias o miedos, pueden deberse a varias causas, "una inyección es un procedimiento invasivo y doloroso y eso, como ser humano, no nos gusta, crea cierta aversión·, explica la psicóloga clínica Consuelo Tomás, en una publicación del Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana.

Estas tipo de fobias suelen tener unas bases psicológicas y emcionales arraigadas en las infancia, en ocasiones implantadas por el llamado conocimiento vicario. "Sabemos que en determinados contextos se ha asustado al niño con llevarlo al practicante o al médico para que le pinchen en un intento por mejorar su conducta, e indudablemente, esta experiencia puede causar un trauma. Además, -continúa la experta- aprendemos viendo lo que los demás hacen, si nuestros familiares sobre-reaccionan cuando les vacunan, nos transmiten cierta ansiedad. Sea cual sea la edad de la personas, hay que darles información veraz y esto pasa por afirmar que el pinchazo duele un poco".

La buena noticia es que esta fobia tiene solución. Los psicólogos trabajan con técnicas cognitivas-conductuales que permiten a la persona hacer frente a la situación dotándole de las herramientas necesarias para controlar esa ansiedad e incluso evitando el desmayo.

Miedo a la vacuna del Covid, causas y consecuencias

El miedo a las vacunas ha existido desde que se crearon. La literatura científica, señala la Asociación Americana de Psicología en la guía Fomento de la confianza en las vacunas mediante la participación comunitaria, recoge el concepto de "desconfianza en la vacuna", en referencia al fenómeno habitual de vacilación o de retraso en los planes de vacunación poblacional a pesar de tener la vacuna disponible.

Pero, qué sucede cuando el miedo aparece concretamente ante la vacuna de la covid-19. La incertidumbre con la que convivimos desde hace un año sobre este virus, genera miedo y ansiedad. En esta situación, surgen dudas sobre los efectos secundarios así como si su eficacia está lo suficientemente contrastada dada la celeridad con la que se están realizando las investigaciones. Los posicionamientos diversos de los países sobre cuestiones como la vacuna AstraZeneca tampoco ayudan.

Por ello, los psicólogos inciden en la importancia de obtener información veraz procedente de canales sanitarios acreditados que contrarresten los pensamientos y las corrientes ideológicas no sustentadas en la ciencia. "El miedo a las vacunas en general y a la de la covid, en particular, se suele producir por falta de información, por información no veraz (fake news), o por formar parte de una concepción ideológica vital que conduce al sesgo de la información o la negación de las evidencias científicas en relación a la utilidad de las vacunas, investigaciones y ensayos para obtenerlas, arriesgando su propia salud y la de los demás al considerar que las vacunas solo tienen efectos adversos sobre el organismo", precisa Tomás. Todo ello, es fruto de diversas variables como la incapacidad para atender la información en su conjunto (beneficios versus efectos negativos de cualquier vacuna o fármaco), creencias sustentadas por el grupo familiar o social, etc.", añade.

En cuanto a la influencia social del grupo de los negacionistas, estos han aprovechado las redes sociales para mandar mensajes en los que niegan la existencia del virus a pesar de las cifras contundentes de la pandemia y promover falsos remedios para la pandemia, entre los que destaca por su aberración el de la lejía del expresidente Donald Trump, o la fiabilidad de los test de diagnóstico, entre otros.

Generalmente las personas con miedo a las vacunas debido a los efectos adversos, suelen ser personas muy perfeccionistas, con altos niveles de exigencia que sienten desasosiego ante lo desconocido, con una necesidad extrema de tenerlo todo bajo control y con un pensamiento dicotómico. El miedo es irracional, "como psicólogos, debemos canalizar estos estados de ansiedad para que las personas aprendan a gestionar la incertidumbre y generar estados emocionales positivos. Sólo así, la persona será capaz de procesar la información manera adecuada", indica la psicóloga.

Según los expertos, el paciente debe tomar en consideración varios aspectos en relación a la vacuna de la covid-19: la gran inversión económica y personal que se está realizando en la búsqueda de la vacuna, que todos los fármacos tienen efectos secundarios pero que hay que valorar el coste-beneficio y apuntan una máxima: no confundir lo excepcional con lo habitual. "Cualquier efecto aislado o raro, no tiene que menoscabar los posibles efectos beneficiosos más frecuentes o habituales, y todo ello debe estar debidamente documentado y sometido a unas normas estrictas de investigación y rigor metodológico", defiende Tomás en la publicación.

En la guía de fomento de la confianza en las vacunas se subraya la importancia de la comunicación como una herramienta clave para el éxito de cualquier programa de inmunización. Aunque señala que no es determinante, afirma que "la comunicación inadecuada o deficiente sobre las vacunas" en cuanto a su seguridad y eficacia, sí que influye en el rechazo de su uso por parte de la población. En este sentido, Tomás insiste en la importancia de que "desde fuentes sanitarias acreditadas, se informe a la población sobre los beneficios que representan las vacunas y, en el caso de que surja algún efecto adverso, no se oculten. De esta forma, se aumenta la confianza en las autoridades sanitarias y los ciudadanos podrán valorar realmente la conveniencia o no de vacunarse".

Por su parte, el Grupo Consultivo Técnico de la OMS sobre conocimientos y ciencias del comportamiento para la salud, ha publicado un informe en el que se describen los factores que condicionan la actitud de las personas respecto a la vacuna. Además, este informe hace recomendaciones para favorecer la aceptación de la vacunación:

1. La vacunación debe ser fácil, rápida cómoda y asequible.

2. Aprovechar las influencias sociales, sobre todo de miembros respetados de la comunidad, así como mostrar que los profesionales de la salud se están vacunado para generar mayor aceptación de la población general.

3. Se debe aumentar la motivación individual a través de una comunicación abierta y trasparente, tanto de la seguridad como de los beneficios de vacunarse.

Hipocondría

La hipocondría es otro desorden que también puede influir en la vacunación. Los hipocondríacos temen cualquier cosa que tomen como indicio de un fatal desenlace, en último término, la muerte. "En el caso de la pandemia, a unos les pesa tanto el miedo a infectarse de coronavirus como el temor a que la vacuna pueda tener efectos adversos irreversibles", explica el psicólogo Pablo Palmero, quien también habla de la paranoia como otro de los factores implicados: "Es una psicopatología muy extendida. El estilo paranoide, a diferencia de lo que sucede en la tripanofobia, suele ser aguerrido, con una dialéctica agresiva, autoafirmativa y proselitista. Su magnitud y ruido nos da la medida de la importancia de entender y atender dicha problemática. El negacionismo suele ir de la mano de la parania", dice el experto.