El impacto de la pandemia en el sistema sanitario ha sido muy relevante, pero no solo por la tensión a la que el virus ha sometido tanto a la estructura propiamente dicha como a los profesionales que la componen, sino también por el gran gasto económico que ha supuesto para la Administración.

La factura del 2020, que se refleja en un informe de la Cámara de Comptos solicitado por el Parlamento foral a instancia de EH Bildu y publicado este viernes, revela que cada paciente ingresado en la UCI por covid supone un gasto para el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea de un total de 40.978 euros, una tarifa fija por un tipo de enfermo que de media ocupa un box unos 21 días para recuperarse del 'bicho'.

Esta cantidad viene muy condicionada por el gran número de personal necesario para la vigilancia del paciente. Por ejemplo, la UCI de la Unidad A del Complejo Hospitalario de Navarra necesita un total de 124 personas para 27 puestos, cerca de 4,5 sanitarios por persona tratada. De ellos, 76 son enfermeras y 48 auxiliares de enfermería, en turnos de mañana, tarde y noche. Sin embargo, además del personal, este presupuesto también incluye tanto los tratamientos como el complejo equipamiento que necesita cada puesto.

La cifra de gasto por paciente se extrae de los 7,86 millones de euros que la Administración pagó el año pasado a centros privados que acogieron pacientes covid debido a la gran necesidad de demanda que hubo, sobre todo, en la primera ola entre marzo y junio. De hecho, en esos cuatro meses el gasto tanto por asistencia de pacientes como por reserva de camas en estos centros fue de 4.788.567 euros, un montante muy superior a los presupuestados en los seis últimos meses del año, que fue de 3.076.247 euros.

Todos estos gastos supusieron un coste "no superior al de los mismos" servicios en el SNS-O, por lo que el informe de Comptos concluye que la gestión "se realizó adecuadamente para cumplir con el objetivo de atender a todos los pacientes que lo precisaran".