"Yo pido respeto. Estamos muy cansados, llevamos muchos meses poniéndonos un traje de astronauta y sólo le pido a la gente que por favor que nos respeten; tanto a nosotros, como a todo el mundo que se quiere cuidar y no coger este bicho que nos ha cambiado la vida por completo", sostiene la enfermera Beatriz Casanova Grasa, supervisora de la planta covid del Hospital San Juan de Dios de Pamplona. Con motivo del Día Internacional de la Enfermera -que se celebra este miércoles 12 de mayo-, la presidenta de este colegio profesional en Navarra, Arantxa Osinaga Erroz, señala que las 5.724 enfermeras y enfermeros que ejercen en la Comunidad Foral están, tras más de catorce meses de pandemia de la covid-19, "cansadas", pero también "preocupadas, porque vamos a empezar ya una desescalada y lo importante es hacer un llamamiento a la ciudadanía para que sea responsable en las actuaciones que toma".

Por ello, con motivo de esta jornada y en este momento concreto de la pandemia, una vez finalizado el estado de alarma y rechazado el toque de queda por los tribunales, Osinaga reclama a la población que "sea responsable, que sea cauta, que mantenga las medidas de seguridad, que no se reúna en lugares cerrados mal ventilados y que mantenga la distancia social". Asimismo, para palpar el sentir de este colectivo, hablamos con ocho enfermeras con el fin de que nos cuenten cómo han vivido el último año, qué han aprendido de la experiencia y qué mensaje les gustaría trasladar a la sociedad con motivo de este día.

Lourdes Iribarren Lizarraga

Atención Primaria (Casco Viejo)

"Ha sido el peor año de mi vida laboralmente"

Lourdes Iribarren Lizarraga es la responsable de Enfermería del centro de salud del Casco Viejo y sostiene rotunda que "ha sido el peor año de mi vida laboralmente. Ha sido súper duro, estresante, ahí todo el mundo hemos dado muchísimo cada día, nos hemos ido adaptando a los cambios, a las circunstancias...". Esta experiencia le ha permitido constatar que nuestro sistema sanitario "se puede desequilibrar en cualquier momento, es muy vulnerable", pero también que "los equipos de personas que formamos los centros de salud han sido vitales para conseguir que todo esto funcionara". Por ello, se muestra "muy orgullosa de mi equipo, de mis enfermeras, de cómo han trabajado y, por supuesto, hemos liderado bastante la pandemia", adaptándose a "todo lo que nos han pedido, hoy hacéis test; mañana, PCR... cada día era una cosa nueva y lo hemos hecho". Por ello, concluye que "los sanitarios estamos poniendo todo de nuestra parte para que esto salga adelante y superar la pandemia, pero solos no lo podemos hacer. Evidentemente, la sociedad tiene que poner de su parte".

Ana Ijurco Oyarzun

Atención Primaria (SUR Noáin)

"He aprendido a valorar lo esencial en la vida"

En la misma línea, Ana Ijurco Oyarzun, que trabaja en el Servicio de Urgencias Rurales en Noáin, relata que este año ha sido de "adaptación y flexibilidad, porque lo que hoy crees que es válido igual mañana no vale, pero tienes que estar convencido para convencerles a la población de que esto está funcionando". Personalmente, señala que, de todo lo acontecido, se lleva dos lecciones: que "somos muy vulnerables, que un bicho que no se ve nos cambia la vida radicalmente y valorar lo que es esencial en la vida, como la familia, estar bien, tener salud..." Además, reclama un mayor reconocimiento de esta profesión: "El sistema sanitario igual tiene muchas más cabezas visibles, pero la Enfermería es un pilar imprescindible y muy importante. Sin ella, no funcionaría el sistema sanitario, ni la Atención Primaria, ni los rurales, ni la asistencia domiciliaria".

Manoli Prieto Mariscal

Atención Hospitalaria (UCI CHN)

"Ha habido días de esta cuarta ola que me han recordado a la primera"

Manoli Prieto Mariscal trabaja en la UCI del antiguo Virgen del Camino. "Vivirlo este año en la UCI ha sido súper duro. La primera ola parecía una película de miedo y luego la cosa ha ido evolucionando. Hemos aprendido mogollón, ahora tratamos mejor a los pacientes, y vienen menos graves. La segunda ola fue psicológicamente muy dura, porque no nos lo esperábamos, la tercera la pasamos un poco de puntillas y, cuando ya parecía que iba a acabar, ha venido la cuarta que ha sido durísima; ha habido días que me ha recordado a la primera. Súper explosiva en ingresos, en tener a un marido y su mujer los dos en la UCI, la mayoría con las familias confinadas...", por lo que, además de atender, cuidar y curar, han tenido que acompañar. Por ello, "a pesar de la frustración, del miedo, de todo lo que hemos vivido, he visto siempre a los miembros de mi equipo tratando a los pacientes como si fueran su familia y, a pesar del cansancio, cada día arreando para dar el 100% y siempre al pie del cañón", destaca la enfermera, que considera que "antes tenía un equipo de trabajo y ahora, una familia". Así las cosas, en esta etapa que ahora comenzamos insta a la población a ser prudentes: "Se pueden hacer muchas cosas, aunque no sea como la vida de antes, y poco a poco lo vamos a superar".

Raquel Ruiz De las Eras

Atención Hospitalaria (CUN)

"Aunque no seas tú el que va a estar en la UCI, puede ser un amigo"

En Urgencias de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), donde trabaja Raquel Ruiz de las Eras, les pilló la pandemia "como de repente", recuerda. "De ver patología de todo tipo, pasamos a que no venía nadie y empezó a venir covid", recuerda. A su juicio, la pandemia le ha enseñado que "somos un equipo y que las enfermeras somos una parte muy importante de los equipos". Ahora, en el momento actual, insta a la solidaridad: "Aunque no seas tú el que va a estar en la UCI intubado, puede ser tu vecino, un amigo o nos puede pasar mañana a nosotros. No son números, son personas que están sufriendo y que lo están pasando muy mal".

Beatriz Casanova Grasa

Atención Hospitalaria (HSJD)

"Ahora tenemos miedo al ver la televisión"

Beatriz Casanova rememora el principio de la pandemia como "una angustia continua. Nos enfrentábamos a algo que nadie conocía". Sin embargo, en este año "de miedos", "hemos aprendido un montón como equipo y nos hemos hecho un poquito más fuertes". No obstante, ahora reclama respeto a la población, porque reconoce que cuando estos días ve la televisión "tenemos miedo a volver a vivir lo que vivimos el año pasado en marzo o en septiembre".

Laura Remírez Marrodán

Atención sociosanitaria

"El ser humano en las situaciones límite da lo mejor de sí"

Los últimos meses para Laura Remírez han sido "un cúmulo de sentimientos encontrados. Por una parte el miedo a lo desconocido, a ver esos contagios de manera exponencial, a contagiar a tu familia, y por otra, la incertidumbre, porque cada día eran nuevos protocolos, lo que hoy valía mañana no..." Tras aprender este año que "el ser humano en las situaciones límite da lo mejor de sí", esta enfermera de la residencia Amavir Oblatas reclama que se hagan "unos ratios justos para poder atender a toda esa población que atendemos", porque -como recalca- "las personas que entran en las residencias son gente enferma con patologías. Los ancianos sanos por lo general no van".

Laura Zorraquino Salvo

Atención sociosanitaria

"Los centros necesitan de más enfermeras"

En la misma línea, se expresa Laura Zorraquino Salvo, que trabaja en la Clínica Padre Menni, quien se refiere a "la necesidad de enfermeras que tenemos en el ámbito sociosanitario. Los usuarios de los centros sociosanitarios hay que darles unos cuidados integrales y esos cuidados son nuestros y nuestros centros necesitan de más enfermeras". Tras describir este último año como "muy intenso", consideró que "ha ido todo, tanto la vida personal como la laboral, entorno a un bichito desconocido y, conforme ibamos teniendo información sobre él, íbamos modificando nuestro día a día. Al final, el no saber crea incertidumbre y esa incertidumbre crea ansiedad, estrés y también miedos".

Ana Sancha Zúniga

Enfermería del trabajo

"Todavía hay covid"

Como concluye Ana Sancha Zúñiga, "nuestra profesión siempre ha sido sacrificada, pero este año la vida ha puesto a prueba nuestra vocación". No obstante, la suya sigue intacta, porque "volvería a hacer lo mismo". Esta enfermera trabaja en la Mutua Fraternidad y señala que "desde el primer minuto me quedé sola con el médico. Si venía un accidentado tenía que hacer todo el papeleo, atenderle como enfermera y desinfectar cualquier cosa que tocara", por lo que los primeros meses "fueron muy estresantes". Además, durante este tiempo ha sentido incertidumbre, miedo, tristeza, impotencia, compasión, agradecimiento, decepción, sacrificio y compañerismo. Recuerda que "todavía hay covid", por lo que "hay que continuar teniendo precaución. Se puede vivir, se puede disfrutar, pero con precaución".