a pandemia de la covid-19 no ha sido impedimento para que Escuelas Solidarias se desarrolle en prácticamente los mismos centros que en ediciones anteriores. De hecho, la crisis sanitaria, económica y social que se vive a nivel mundial por el coronavirus es un desafío al que hay que hacer frente de manera global, porque de nada sirve vencer a la pandemia en algunos países si dejamos atrás a los que disponen de menos recursos. Esto es algo que en esta 12ª edición de Escuelas Solidarias han abordad las ONGD y los centros participantes. “La pandemia ha demostrado que somos una ciudadanía global y que si, por ejemplo, nos vacunamos aquí, pero en otros países no, pues la pandemia continuará. La problemática es global y la tenemos que trabajar globalmente, ese es el objetivo fundamental de Escuelas Solidarias”, apunta la técnica de Educación de la Coordinadora de ONGD de Navarra, Marian Pascual.

Precisamente la pandemia ha estado muy presente en el trabajo que ha realizado el Centro Asociación Lantxotegi con UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo), además de la trágica actualidad de jornadas de bombardeos sobre la población de Gaza. “Las últimas semanas tratamos el tema porque estaba de actualidad, con los bombardeos de Israel a Palestina. Pero durante el curso los alumnos se han preguntado muchas veces: ‘Si aquí estamos mal con el coronavirus, ¿cómo estarán en Palestina?’ Les ha hecho tomar más conciencia porque es un problema que nos afecta a todos”, explica Ana Apellaniz, profesora de Lantxotegi, que intervendrá el miércoles en el encuentro final de Escuelas Solidarias.

Lantxotegi lleva unos 9 años participando en el programa y, aunque han colaborado con varias asociaciones, siempre han trabajado con UNRWA. Este año, a la pandemia se ha sumado la ofensiva israelí contra Gaza, que ha dejado más de 200 fallecidos, 65 de ellos menores. “Durante el curso hemos trabajado la situación de Palestina y cuando ocurrió todo esto el mes pasado hablamos con los chavales y decidimos hacer algo para denunciar lo que estaba pasando. Hicimos carteles en los que denunciábamos lo que estaba ocurriendo y los colgamos en el centro”, explica Ana. La valoración que ella hace sobre el programa “es muy positiva”, porque “ayuda a conectar con realidades muy lejanas y son temas que les acaban llegando”. “Con Escuelas Solidarias salen más sensibilizados y toman conciencia de que lo que ocurre en Palestina, por ejemplo, es una injusticia”, comenta.

Quien también participará en el encuentro final de Escuelas Solidarias es Marta Palacios, profesora y coordinadora de Escuelas Solidarias en el Colegio Compañía de María, que este año, al igual que los anteriores, ha trabajado con la ONGD Madre Coraje, que está inmersa en una campaña de recaudación para construir una escuela en Tanzania. “La experiencia en el programa es muy buena, las ONGD se implican mucho y para los alumnos es muy importante”, apunta. En el Colegio Compañía de María la Educación para el Desarrollo está presente en todos los niveles, desde 1º de Infantil a 6º de Primaria, y todos ellos realizan actividades en los que trabajan los 17 ODS (Objetivos para el Desarrollo Sostenible). “Este año ha sido diferente por la pandemia y ha habido actividades que no hemos podido realizar. Sin embargo, esta crisis ha hecho que la gente arrime más el hombro. La solidaridad cobra ahora más importancia que nunca. Habiendo muchas familias en paro o ERTE, este año ha sido el que más alimentos hemos recaudado en nuestra recogida, que ha sido para el comedor social Villa Javier de Tudela”, explica Marta.