Las 68 personas que se dedican a la ganadería ecológica en Navarra saben que como mínimo una vez al año recibirán la visita de un inspector o inspectora de CPAEN/NNPEK, cuya labor es comprobar que se cumplen las normativas que hacen que una explotación pueda calificarse y salir al mercado como Ecológica o Bio. Conseguir esta certificación implica un proceso que comienza cuando la persona ganadera acude a CPAEN/NNPEK. Ahí comienza un periodo de un mínimo de dos años en los que esa ganadería pasa a estar "en conversión"; solo cuando se cumplen los requisitos y trascurre ese periodo la ganadería será considerada ecológica.

El compromiso que supone para las personas que se dedican a la ganadería ecológica implica apostar fundamentalmente por el bienestar. Se trata de animales que reciben una alimentación 100% certificada en ecológico y con un mayor porcentaje de forraje que de pienso, garantizando las necesidades nutricionales de cada especie y que en la mayoría de las ocasiones es producida por la propia ganadera; de hecho, los prados donde pastan - 46.357 hectáreas en Navarra- deben estar también certificados en ecológico.

Los animales jóvenes, como garantía del bienestar animal, tienen que tener un periodo mínimo de lactación reglamentado antes del destete para poder venderlos como ecológicos (ovino y caprino, 45 días; bovinos y equinos, 90 días).

Manejo de los animales

El manejo de los animales es otro punto clave. Por una parte las explotaciones deben ser ecológicas en lo que respecta a una determinada especie, no se permite la producción paralela de la misma especie -distintas especies sí, pero con la explotación debidamente separada a nivel documental, de instalaciones y manejo-.

Por otra parte, los animales deben poder satisfacer sus necesidades de comportamiento, lo que significa por ejemplo que las aves acuáticas tienen que tener acceso a corrientes y láminas de agua o que ovejas y vacas puedan salir a pastar y moverse libremente, dejando el estabulamiento para los meses más crudos del invierno.

Además, cuando están estabulados, se les garantiza lo que se denomina una "cama caliente", que no es otra cosa que ir añadiendo paja de manera regular para que los establos sean cómodos y que puedan dormir sobre suelo seco, lo que afecta además a sus condiciones higiénico sanitarias, otro aspecto fundamental.

Prevención de enfermedades

En este sentido, la ganadería ecológica se basa en la prevención de enfermedades, prohibiendo la medicación preventiva y apoyándose en medidas como el espacio disponible, la limpieza de las instalaciones, la correcta alimentación y el respeto a los procesos naturales.

Esto no significa que la ganadería ecológica no pueda recibir medicación, sino que esta medicación no puede realizarse de manera preventiva; sólo se les administra si enferman, como medida contra el sufrimiento animal. Tampoco se permite el uso de hormonas para la inducción o sincronización del celo, de forma que se respeten sus ciclos naturales, ni ningún pienso que no sea 100% ecológico, por supuesto libre de transgénicos.

Un caso práctico

Mirian Otxotorena, además de presidenta de CPAEN/NNPEK desde 2021, es ganadera ecológica en Iturgoien, donde cría ganado caballar y ovino, con ovejas latxas que dedica a la elaboración de quesos bajo la marca Axuribeltz. Para ella, la ganadería ecológica se basa en lo que era la ganadería tradicional, lo que se ha hecho siempre en los pueblos, donde se sacaba todos los días a pastar al ganado, se llevaba a beber agua y se volvía al anochecer. "Es una ganadería más ligada a los pastos, a una alimentación natural en la que la hierba es el sustento principal, un modelo de ganadería extensiva en el que se maneja un volumen de ganado menor que en otros modelos como el intensivo".

De la misma forma, un consumo sano y sostenible de carne, de origen local y ecológico es la más adecuada para nuestra salud y para favorecer el desarrollo rural de nuestro entorno.

Nos cuenta también que su trabajo, con el manejo diario de los animales y el traslado a los pastos "implica estar más ligado a la tierra y disponer de más espacio en un entorno natural" para que los animales puedan tener un mayor bienestar. "Supone un mayor compromiso con el entorno y con la manera de vivir de los animales, de una forma más natural y respetuosa con el medio ambiente".

En su caso, como en muchas otras explotaciones ganaderas ecológicas, la familia apoya en todo lo que puede: "Yo soy la titular de la explotación, pero mi pareja, que trabaja fuera, o mis hijos, que están estudiando, colaboran conmigo, porque para poder llevar adelante el trabajo hacen falta todas las horas del mundo".

La relación con los animales y con la naturaleza es fundamental en la ganadería ecológica. "Vamos con las estaciones, en primavera nos subimos al monte, tenemos un contacto estrecho con la naturaleza y los animales. Intentas llevarlos donde se encuentren mejor, donde estén los mejores pastos. El factor limitante es la nieve, cuando llega hay que bajar del monte y cambiar el manejo, aunque es cierto que cada vez nieva menos y los animales están más tiempo arriba". Antes, dice, "a finales de octubre ya podía caer una nevada seria, ahora estamos hasta mediados o finales de noviembre".

Asesoramiento en ganadería

Para Otxotorena la formación y el asesoramiento en ganadería ecológica es una necesidad importante para que pueda haber una transición de ganaderías convencionales o nuevas incorporaciones. "El acceso a la formación y el asesoramiento es escaso o nulo, lo que lleva a que cada vez haya menos personas que se dedican a la ganadería ecológica en Navarra, somos sólo 68 personas ganaderas y de ellas, solo 11 están a cargo de mujeres".

Según nos cuenta, hay un desconocimiento de cómo funcionar y un cierto miedo, "puedo decirte que en nuestro caso, cuando empezamos, certificamos los pastos en ecológico, pero no el ganado; nos daba miedo que enfermaran los animales y no poder tratarlos, cuando no es así. Tras un año en convencional nos dimos cuenta que las enfermedades afectan por igual a las explotaciones convencionales y a las ecológicas, con la diferencia de que entonces utilizábamos tratamientos preventivos, antibióticos y una alimentación no natural; cuando dimos el paso a ecológico no solo vimos que la situación en ese sentido no variaba, también fuimos conscientes de que nuestros animales vivían mejor, que nuestro compromiso con la naturaleza y el medio ambiente era más firme y que merecía la pena".

Destacados

  • Los animales de las fincas ecológicas reciben una alimentación 100% certificada en ecológico y con un mayor porcentaje de forraje que de pienso, en la mayoría de las ocasiones producida por la propia empresa ganadera, con pastos también certificados en ecológico por CPAEN/NNPEK.
  • Los animales jóvenes, como garantía del bienestar animal, tienen que tener un periodo mínimo de lactación reglamentado antes del destete para poder venderlos como ecológicos. En ovino y caprino 45 días y bovinos y equinos 90 días.
  • La ganadería ecológica se basa en la prevención de enfermedades, prohibiendo la medicación preventiva y apoyándose en medidas como el espacio disponible, la limpieza de las instalaciones, la correcta alimentación y el respeto a los procesos naturales.
  • Mirian Otxotorena, ganadera ecológica: "El manejo diario de los animales y el traslado a los pastos implica estar más ligado a la tierra y disponer de más espacio en un entorno natural para que los animales puedan tener un mayor bienestar".