Instantes antes de atravesar el umbral del despacho de la Brigada Asistencial de la Policía Foral en la Comisaría de Beloso, Damián Roku-Epitié Monreal, de 54 años, se encuentra "muy nervioso y emocionado", como muestran sus expresivos ojos vidriosos. Tras 451 días de baja para recuperarse de los estragos que le causó el coronavirus, este agente con 26 años de experiencia regresó este jueves a su puesto de trabajo, lo que "supone cerrar una fase y empezar otra con muchas ganas", reconoce quien llegó a estar 90 días ingresado en el Complejo Hospitalario, 62 de ellos en la UCI. Sus compañeros Irene, Pablo, Félix y Gonzalo le reciben con aplausos y alguna que otra broma, a pesar de que esta semana ha sido especialmente dura para todos ellos, después de que el lunes falleciera su compañero Patxi Perales, junto a su mujer, María Zandio, en un accidente de tráfico en Almería.

Pasadas las 9.00 horas, Damián accede a las dependencias saludando a cada uno de los policías que halla a su paso. "Durante todo este tiempo de convalecencia mis compas me han estado apoyando muchísimo", agradece. Y es que, como sostiene, "estar mucho tiempo de baja es duro" y, por ello, ha intentado "tener la cabeza ocupada y mantener una rutina de horarios, de actividades...".

No obstante, como ya señaló a este periódico el pasado noviembre en un reportaje tras su paso por la unidad de críticos -donde permaneció 37 días en coma inducido-, "todo este tiempo me ha venido caído del cielo, regalado. Lo han conseguido los médicos y el Señor. Fue volver a nacer". De hecho, en cuanto a las secuelas, señala que no tiene sensibilidad en algunos dedos, pero "he tenido una mejoría pulmonar espectacular. Lo mío es de milagro".

Cómo afronta este primer día

"Con nervios, pero con fuerza suficiente para encarar el trabajo"

Este vecino de Noáin de padre guineano y madre fustiñanera explicó que en febrero ya protagonizó un "pequeño intento" de incorporarse al trabajo, pero se dio cuenta de que "no podía". De hecho, fue posteriormente cuando experimentó una gran mejoría gracias a la rehabilitación que ha hecho por su cuenta, basada principalmente en "caminar mucho por el campo y en la natación". Justo al día siguiente de que se cumpliera un año de su contagio, el pasado 16 de abril, subió los 1.361 metros de la Peña Izaga, que era un objetivo que se había marcado para demostrar a las personas afectadas por esta pandemia y que "piensan que no van a poder hacer nada, que se puede". Y, a raíz de ahí, los dos últimos meses han sido "claves" en su recuperación, relata. "Ahora he pedido el alta voluntaria. En principio me iban a tener más tiempo de baja, pero es verdad que después de algo como esto, que es un hecho traumático, que tiene efectos físicos y psicológicos, te tienes que recuperar de los dos facetas", afirma.

En la Brigada Asistencial, donde trabaja, llevan temas de violencia de género, menores, delitos contra la intimidad sexual... De los 17 agentes que componen el equipo, salvo dos o tres, todos se han acabado contagiando, si bien Damián se ha llevado la peor parte. Ahora, con su regreso al Cuerpo, siente nervios por saber cómo le afectará la fatiga o el cansancio que padece, así como "algún momento de niebla mental". Sin embargo, encara esta etapa como un desafío personal en el que deberá "actualizarse", porque "hay cosas nuevas y han cambiado protocolos", pero se ve "con fuerzas suficientes para afrontarlo" y, además, sabe que estará "muy arropado". "Mi reto es volver a trabajar, a ver qué tal me encuentro. Espero hacerlo bien, porque lo que me gusta de mi puesto es ese carácter asistencial de atención a las víctimas...", explica con pasión.

Cómo vive este pico de casos

"Me llama la atención que la clase política se sorprenda"

Preguntado por cómo vive este último pico de casos motivado sobre todo por los viajes de fin de curso, responde que le llama la atención que "los dirigentes y la clase política se sorprendan de este repunte que ha generado la relajación de las medidas, como quitar la mascarilla en exteriores, porque para mi era evidente que iba a pasar esto". A su juicio, "el mensaje que hay que trasladar a la ciudadanía es sal, disfruta, vive, viaja, pero con la mascarilla", porque "las medidas de protección son la clave para salir de esto" y la solución, como recalca, tiene que ser de conjunto; no vale ir por libre.

En definitiva y a pesar de lo duro de toda su experiencia, lo vive como "un aprendizaje en el que he salido más fuerte para afrontar los varapalos que te puede dar la vida, siendo consciente de que cada día es un regalo" y aprendiendo a "evitar las cosas que restan", si bien confiesa cierta decepción social por las conductas de algunas personas. No obstante, ahora tiene "más ganas de hacer actividades, de proyectos personales... A pesar de la fatiga -hay días que llega un momento en que se queda sin energía-, me siento mucho más vivo que antes. Quiero hacer un montón de cosas, disfrutar mucho más de lo que lo hacía y, sobre todo, quitarme las cosas que restan. Me siento muy bien. Me he reconciliado conmigo mismo".

"He salido más fuerte para afrontar los varapalos que te puede dar la vida"

"El mensaje que hay que trasladar es sal, disfruta, vive, viaja, pero con mascarilla"

Damián Roku-Epitié

Policía que estuvo en la UCI por covid