El turismo de ciudad no goza de la misma salud de la que disfruta su homólogo en el ámbito rural. Sara Martínez, presidenta de la Asociación de Hoteles de Pamplona, hace un análisis comedido. Debido a los últimos datos de la pandemia, sumados a la reciente recomendación del Gobierno galo de no visitar el Estado, hemos sufrido un parón en las reservas y sí es preocupante”. Aun y todo, “todavía no hay cancelaciones, solo a cuenta gota, pero el ritmo tan bueno que llevábamos de reservas cuando comenzó el verano se ha acabado”, advierte.

Según su previsión, para el mes de julio tendrán una ocupación en torno al 55%, que subirá al 60% en agosto, “muy en la tónica del año pasado”, aunque en un primer momento pensaban que las previsiones serían mejores. En 2019, la ocupación fue del 84% en julio, y del 90% en agosto, un 30% mayor que en los dos veranos de pandemia.

Pero Martínez advirtió que esta bajada no se traduce de igual forma en la bajada de ingresos. “El no tener Sanfermines afecta mucho a la rentabilidad. Los precios medios que se suelen conseguir la semana de San Fermín no se consiguen ahora”, se lamentó. El precio medio en estas fechas en los hoteles del centro de Pamplona es de 243 euros la habitación, mientras este año es de 62€. “El precio afecta muchísimo, porque a pesar de que las reservas hayan bajado un 30% los ingresos han bajado mucho más”, concluyó.

Otoño esperanzador Sara Martínez avisó que “en verano te la juegas”, ya que lo único que puede salvarles la temporada es el turismo, al no haber congresos ni eventos deportivos o empresariales. Sobre las expectativas que tienen para el próximo otoño, comentó que “este año las previsiones están siendo muy esperanzadoras con la organización en septiembre y octubre de eventos deportivos y congresos confirmados en Navarra”.

Para ello, “esperemos que siga en esa evolución positiva de vacunas”, ya que su pan depende de la evolución de la pandemia. “Lo que se habla en Europa nos afecta directamente”, zanjó.