La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha señalado que el próximo reto de su departamento será suministrar una vacuna de refuerzo y ampliar la vacunación a los menores de entre 6 y 12 años cuando haya evidencia científica.

Durante la inauguración del curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid "Las vacunas y la vacunación en tiempos de la COVID-19" que se ha celebrado este lunes en San Lorenzo de El Escorial, Darias ha recordado que esta semana el 50 % de la población habrá completado su vacunación -23,7 millones de personas- y se superarán los 25 millones de personas con pauta completa.

Ha insistido en que la prioridad sigue siendo alcanzar el 70 % de la población vacunada antes de que termine agosto y continuar con el resto de la población poniendo "especial énfasis en la gente joven y adolescente antes que empiece el curso escolar".

En este sentido, Darias ha señalado que cuando la evidencia científica avance se estudiará la posibilidad de ampliar la vacunación a los niños de entre 6 y 12 años así como suministrar dosis de refuerzo, tras un régimen completo de vacunación.

Ha explicado que en estos momentos, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) está evaluando los datos de seguridad presentados por las compañías Pfizer/BioNTech y Moderna acerca de una tercera dosis frente a la COVID-19.

"Las vacunas frente a la COVID-19 representan un horizonte de esperanza y una oportunidad de futuro", ha incidido al tiempo que ha reiterado que el Gobierno sigue cumpliendo objetivos sobre la hoja de ruta marcada.

Las autoridades sanitarias estadounidenses de salud han afirmado desde hace tiempo que es posible que sea necesaria una inyección adicional, como ocurre con muchas otras vacunas. Están en curso múltiples estudios para poner a prueba distintas posibilidades: una tercera dosis simple, una vacuna de una marca distinta a las dos dosis anteriores o una vacuna diseñada especialmente para proteger contra las nuevas variantes.

Pfizer y su socio alemán BioNTech anunciaron que en agosto solicitarán a las autoridades sanitarias estadounidenses autorización para una tercera dosis a fin de impulsar la producción de anticuerpos y así proteger al organismo de las nuevas variantes.

Las compañías no divulgaron datos científicos y las autoridades estadounidenses respondieron tajantemente que por ahora no se necesitan más dosis y que será el gobierno, no las compañías farmacéuticas, el que decidirá si eso cambia.

La Organización Mundial de la Salud declaró el lunes que no hay suficientes evidencias de que es necesaria una tercera inyección. Pidió además que las dosis excedentes sean donadas a países pobres en vez de ser usadas para mejorar la inmunidad de la gente adinerada.

Asimismo los científicos están estudiando si la inmunidad en general está disminuyendo entre las personas vacunadas. Si llega a disminuir mucho, es posible que sea necesaria una inyección de refuerzo.

Los estudios más recientes apuntan a que los anticuerpos no son tan eficaces contra la variante delta como lo son contra las versiones anteriores del coronavirus, pero que siguen protegiendo. El temor ahora más bien es por la posibilidad de mutaciones futuras que sean inmunes a las vacunas actuales.

Los datos más recientes de Inglaterra, Escocia, Canadá e Israel muestran que las vacunas más usadas en los países occidentales siguen ofreciendo un buen nivel de protección. Un estudio en Gran Bretaña, por ejemplo, mostró que dos dosis de la vacuna de Pfizer protegen en un 96% contra la hospitalización en caso de la variante delta y en un 88% contra un contagio sintomático.

En Israel, resultados preliminares de un estudio indican que la protección contra una infección leve de la variante delta es un poco menor, de 64%, pero que la protección contra una infección grave sigue siendo bastante alta.

Israel acaba de entregar terceras dosis de la vacuna Pfizer a recipientes de trasplantes y a otros pacientes que tienen sistemas inmunológicos débiles, debido a que quienes toman medicamentos supresores del sistema inmunológico no asimilan tan bien las vacunas —no sólo las de COVID-19— como las personas saludables.

Francia ya ha entregado una tercera dosis a las personas inmunocomprometidas. Y si bien todavía no ha sido aprobada en Estados Unidos, algunos recipientes de trasplantes han pedido una tercera dosis para reforzar su protección. No se ha demostrado todavía si una tercera dosis realmente ayuda y, en tal caso, quién la va a necesitar y cuándo. El primer gran estudio al respecto está actualmente en curso en Noruega.