- Hace 11 años, en julio de 2010, el Vedado de Eguaras sufrió otro incendio pero de proporciones mucho más pequeñas que las actuales, de alrededor de unas 50 hectáreas. "Es el más grande que he conocido", reconoció Agramonte". El incendio que hoy sigue activo dejará una huella muy importante que aún está por determinar. El director general de Medio Ambiente calificó el fuego de "violento y rápido" y explicó que aún era pronto para analizar la posible recuperación de la zona. "Habrá que esperar un tiempo para ver la respuesta de la vegetación arbórea, pero las copas se ven verdes. Habrá que esperar como responde la zona después de un periodo vegetativo, el año que viene, pero la imagen no es tan preocupante como inicialmente podíamos pensar", decía Muñoz a primera hora de la mañana, antes de que se reavivaran algunos focos y se perdiera de nuevo el control.

Según describió esta reserva natural "es un mosaico mediterráneo. Campos de cultivos ya cosechados, matorrales de coscojo, lentisco y pinar de pino alepo. Aparte del valor de los cortados para las especies rupícolas, el valor está en los pinares. Estábamos preocupados por el futuro de los pinares por si el fuego había sido muy intenso y de copas, pero la primera visión indica que ha sido muy rápido y ha ido de suelo. Muchas copas parece no afectadas pero habrá que esperar". En las imágenes que se difundieron los Guardas Forestales se podía apreciar cómo a primera hora de la tarde las llamas habían vuelto a crecer y tenían una decena de metros de altura, y parecían afectar a las copas de nuevos terrenos.

El presidente de Bardenas indicó que si bien el vedado de Eguaras no es propiedad de Bardenas (aunque se encuentre en su interior) "siempre lo hemos tenido como nuestro y es icono medioambiental para toda la Ribera", señaló. Agramonte tuvo palabras de agradecimiento para todos los voluntarios que estuvieron trabajando por la noche y que permanecieron poniendo a ralla el fuego desde las 20.30 horas hasta las 9.30 del día siguiente. "Quiero agradecer a todos por el enorme esfuerzo que han hecho, que es lo principal. Nos han dado una lección a todos de coordinación y dedicación. Uno de los voluntarios me contaba cómo ha luchado con las llamas para que no llegaran a la punta de la Estroza, un emblema de Bardenas".

Con la perspectiva de lo que podía haber sido y, a falta de una valoración definitiva, por la mañana el presidente de Bardenas reconocía tener "cierta sensación de alivio. Al verlo, nos quedamos algo más tranquilos respecto a las imágenes de la noche". La tarde rompió la esperanza.