Como reconoce el Instituto de Salud Pública en su último boletín, “no es fácil conocer con precisión el número de nuevos contagios que se producen del virus de la hepatitis C, ya que algunos pueden tardar años en detectarse”. No obstante, el mejor indicador es el número de nuevos diagnósticos en los que hay evidencia de que el contagio es reciente. Así, entre 2019 y 2020 se diagnosticaron 10 infecciones activas recientes en Navarra: ocho en hombres y dos en mujeres. Cinco casos se relacionaron con el consumo de drogas ilegales -de los que cuatro eran inyectadas y otra inhalada-, cuatro se produjeron en hombres que habían tenido relaciones sexuales con hombres y uno se debió a un pinchazo accidental.

En este informe, en el que se abordan los progresos y temas pendientes del programa de eliminación de la hepatitis C en Navarra, constata, además, que dos de los casos relacionados con el consumo de drogas inyectadas fueron “reinfecciones en personas que se habían tratado y curado” anteriormente, lo que “evidencia la necesidad de seguimiento a las personas que mantienen exposiciones de riesgo, incluso después de curarse”.

Asimismo, destaca que “cinco de estos 10 casos debutaron con hepatitis C aguda, y los otros eran asintomáticos y se detectaron en cribados”. Tras mencionar que “por cada hepatitis aguda se estima que se habrán producido 6-7 contagios recientes”, estima que “el número de nuevos contagios en los últimos años se sitúa entre 15 y 20 infecciones anuales”.

Para seguir avanzando en la prevención, los expertos de Salud Pública consideran que se requiere “diagnosticar, tratar y curar todas las infecciones activas prevalentes”, así como fomentar la educación para la salud, que “sigue siendo muy necesaria” teniendo en cuenta que “persisten conductas de riesgo para la transmisión del virus”. En este sentido, inciden en la importancia de “usar materiales estériles para inyección o procedimientos invasivos y evitar prácticas sexuales de riesgo”.

Esfuerzo en el diagnóstico

Salud estima que en Navarra “hay entre 120 y 200 personas con infección activa sin diagnosticar. Entre 2016 y 2019 se detectaron cada año unas 40 infecciones activas”, las cuales contribuían a reducir el número de las no diagnosticadas. Un avance que se contrarrestaba “en parte por los 15-20 nuevos contagios que se estarían produciendo anualmente y por la posible llegada de personas infectadas de fuera de Navarra”, señala. Por ello, calcula que “serían necesarios unos 8 años para lograr eliminar la hepatitis C en la Comunidad Foral”, con lo que “podríamos llegar un poco justos a alcanzar el objetivo de la OMS para 2030”.

Además, la pandemia también “ha afectado negativamente a este objetivo, ya que en 2020 descendió a 13 el número de nuevos diagnósticos”, por lo que “se requiere un esfuerzo adicional para recuperar el ritmo de actividad diagnóstica”. Así, Salud Pública propone a toda la red asistencial, y principalmente a Atención Primaria, que ante cualquier sospecha de infección, realicen la determinación de anticuerpos. Asimismo, a aquellas personas que tengan un resultado positivo, se les hará de forma sistemática la determinación de carga viral y, quienes tengan carga viral detectable, se derivarán para tratamiento a la Unidad de Hepatología.