En su argumentario para justificar una nueva prórroga del toque de queda, Salud desvela que su intención es, al menos a corto plazo, no flexibilizar ninguna de las actuales restricciones, como el horario de cierre de hostelería y discotecas -establecido a las 1.00 horas-, la limitación de reuniones a 10 personas en el exterior o la mencionada prohibición de circulación nocturna.

“Las medidas más importantes adoptadas actúan de una manera sinérgica”, comienza a argumentar el informe enviado por el departamento al TSJN, en donde se destaca que “es, pues, preciso mantener todas las medidas restrictivas actuales” con el objetivo de que “la incidencia siga su tendencia actual de descenso progresivo hasta alcanzar la situación basal previa al inicio de la quinta onda”.

Una de las principales razones para no retirar alguna de las medidas actuales es que “el mes de agosto continúa siendo de alta movilidad e interacción social, ya que estamos aún en el grueso del periodo festivo y vacacional”, por lo que una flexibilización “puede romper este equilibrio y la tendencia descendente”. Además de para mejorar la evolución epidemiológica y su consiguiente impacto en hospitales, Salud admite que otra de las razones para no plantearse retirar restricciones es que “interesa llegar al inicio del próximo curso escolar en la mejor de las condiciones posibles”.

El horizonte de cara a tomar decisiones no se antoja cercano precisamente, y es que “hasta que no se produzca un descenso más significativo de casos y una disminución de la presión en el sistema sanitario se hace necesario mantener medidas de prevención comunitaria especialmente en colectivos, contextos y entornos de mayor riesgo”, por lo que al menos hasta finales de agosto la situación no podría cambiar.

Además de la situación en hospitales -“es necesario mantener a la baja el impacto en los centros hospitalarios para evitar que afecten a la actividad no covid y a la planificación del descanso de profesionales sanitarios”-, las medidas se antojan importantes para “frenar la penetración y difusión de las variantes del virus” y para “ganar tiempo para que la cobertura de la vacunación alcance el umbral suficiente que proteja a la población”, establecido ya en un 85-90%.