El Departamento de Anestesiología y Cuidados Intensivos de la Clínica Universidad de Navarra ha liderado un estudio pionero que redefine los factores clave de la fragilidad en pacientes mayores de 65 años sometidos a una cirugía. El trabajo, publicado en la revista científica Perioperative Medicine, busca aportar una base más objetiva y útil para identificar a pacientes frágiles en el entorno perioperatorio. 

La fragilidad en el paciente quirúrgico de edad avanzada es un concepto ampliamente reconocido, pero su caracterización clínica sigue siendo ambigua y dependiente de múltiples escalas. Para clarificar su definición y facilitar una identificación más precisa, los investigadores han realizado un análisis factorial exploratorio utilizando algunas de las escalas más validadas para medir dicha fragilidad, a partir de los datos de 109 pacientes valorados en la consulta preanestésica. 

El análisis ha detectado tres factores que explican el comportamiento de las variables estudiadas: uno que representa las comorbilidades del paciente, otro relacionado con la esfera emocional y, por último, un factor que combina la disminución de la actividad física, las alteraciones cognitivas y la anemia. Posteriormente, se ha comprobado la correlación de estos factores con la presencia de fragilidad medida según la Clinical Frailty Scale. De ese estudio, se ha concluido que el núcleo de la fragilidad lo constituye la suma de las alteraciones físicas, la anemia y el deterioro cognitivo, y que no se aprecia una relación significativa con las comorbilidades del paciente. 

La fragilidad se puede revertir 

Como destaca el doctor Guillermo Miguel-Ruano, especialista del Departamento de Anestesia y Cuidados Intensivos de la Clínica Universidad de Navarra, “el conocimiento de la fragilidad es un tema de especial interés y actualidad en todo el mundo médico, también en el ámbito quirúrgico. Sin embargo, todavía se trata de un concepto esquivo, porque no se ha alcanzado un consenso sobre lo que realmente la constituye. Con este trabajo nos propusimos caracterizarla mejor entre pacientes quirúrgicos de edad avanzada y hemos detectado que los elementos que mejor la definen son la disminución de la actividad física, las alteraciones cognitivas y la anemia. Lo importante es que estos tres elementos son modificables, de manera que, a priori, la fragilidad se podría revertir. En la mejora de estos factores modificables queremos influir con el proyecto Fragilidad y Alto Riesgo Quirúrgico que hemos puesto en marcha en la Clínica Universidad de Navarra en este curso”. Esta iniciativa pionera está coordinada por el Dr. Guillermo Miguel-Ruano y la Dra. Ana Aroca, y colaboran los departamentos de Anestesiología y Cuidados Intensivos, Medicina Interna y especialistas del Área Quirúrgica del hospital. 

Los autores han subrayado que este enfoque puede mejorar la predicción de complicaciones postoperatorias, facilitar la toma de decisiones compartidas con los pacientes y sus familias, y optimizar los programas de prehabilitación quirúrgica individualizados. La propuesta sigue fielmente las recomendaciones de la medicina centrada en el paciente y del envejecimiento activo. 

El estudio abre una vía prometedora para la caracterización objetiva de la fragilidad, con implicaciones directas en la toma de decisiones clínicas y la planificación perioperatoria en pacientes mayores. Esta nueva perspectiva puede mejorar la predicción de complicaciones postoperatorias y optimizar los programas de preparación quirúrgica individualizados ante una población cada vez más envejecida.