El Papa ha reconocido que en Europa "los templos se vacían y Jesús es cada vez más olvidado" y para resolverlo ha instado a los cristianos a no proponer "esquemas religiosos desgastados, intelectualistas y moralistas" sino a "irradiar la alegría contagiosa del Evangelio".

"Los cristianos en Europa tienen la tentación de y en la satisfacción de un cierto consenso, mientras los templos se vacían y Jesús es cada vez más olvidado, ha dicho el Papa en la misa que ha celebrado en el Vaticano con motivo de la Asamblea anual Plenaria del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).

El encuentro ha comenzado este jueves en Roma y en él participa el presidente de la Conferencia Episcopal española y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella.

Así, el Papa ha instado a los cristianos a no "permanecer cómodamente" en las "seguridades que dan las tradiciones" y a hacer ver a la gente "al Buen Pastor" con las obras y no con meras palabras.

"Muchos en Europa piensan que la fe es algo ya visto, que pertenece al pasado --ha lamentado el Papa--, porque no han visto a Jesús obrar en sus vidas y tampoco lo han visto porque nosotros, con nuestras vidas, no se lo hemos mostrado lo suficiente".

De este modo, ha pedido ayudar a la Europa de hoy, "enferma de cansancio" a volver a encontrar el "rostro siempre joven de Jesús y de su esposa". "Para que esta belleza imperecedera se vea, no podemos más que darlo todo y darnos totalmente", ha agregado.

Con el tema 'CCEE, 50 años al servicio de Europa, memoria y perspectivas en el horizonte de todos los hermanos', los presidentes de las Conferencias Episcopales de toda Europa analizarán estos días la situación actual en el continente europeo, además de recordar las raíces de Europa y el compromiso de la Iglesia en la construcción del continente.

Así, el Pontífice ha dicho que a esas personas "que ya no tienen hambre y sed de Dios" les falta alguien "que les abra el apetito de la fe y despierte esa sed que hay en el corazón del hombre".

El Pontífice ha manifestado que "enumerar los motivos de la secularización, del relativismo y de tantos otros ismos en realidad es estéril". "¿Sentimos afecto y compasión por quienes no han tenido o quizá han perdido la alegría de encontrar a Jesús? ¿Estamos tranquilos porque, después de todo, no nos falta de nada para vivir, o inquietos al ver a tantos hermanos y hermanas lejos de la alegría de Jesús?", se ha preguntado.

Para el Papa, "el verdadero programa" de Europa es "el del Evangelio". Así, ha dicho que el viejo continente "necesita dejar las conveniencias de lo inmediato para volver a la amplitud de miras de los padres fundadores, a una visión profética y de conjunto, porque ellos no buscaban los acuerdos del momento, sino que soñaban el futuro de todos".

A su juicio, Europa se reconstruirá "a partir de los cimientos de la Iglesia, de la adoración a Dios y del amor al prójimo, no de los propios gustos particulares" sin ceder nunca "al desaliento y la resignación".

Tras la Eucaristía presidida por el Papa Francisco, los obispos europeos han rezado ante las tumbas de los pontífices que han sido testigo de su labor en estos últimos 50 años. La sesión de trabajo del viernes la abrirá el cardenal Angelo Bagnasco, que dará paso después al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Por la tarde serán recibidos por el presidente de Italia, Sergio Mattarella, en el palacio del Quirinal.