cercar a alumnos de Bachillerato y FP el mundo de la biomedicina. Esto es lo que NavarraBiomed, dependiente del Servicio Navarro de Salud, quiso hacer con la jornada de puertas abiertas que celebró el pasado jueves, en la que unos 70 estudiantes pudieron acceder a las instalaciones del complejo sanitario y observar de primera mano las labores realizadas por sus profesionales.

El evento dio comienzo en el salón de actos de NavarraBiomed, donde su director, Iñigo Lasa, explicó que la organización se dedica “a la investigación” para “ir aportando gotitas al vaso del conocimiento, hasta que un día una gota derrama el vaso y tiene lugar un salto en el conocimiento, que es lo que se suele recordar”. Puso algunos hitos de la historia de la biomedicina como ejemplos: “En 1922 se descubrió la insulina, la solución a la diabetes; en 1928 se inventaron los antibióticos, gracias a los cuales se puede operar sin riesgo a que el paciente sufra infecciones; en 1953 se descubrió el ADN, la esencia de lo que estamos hechos; treinta años después fue descubierto el virus del SIDA y se supo el origen de esa enfermedad tan peculiar; en 1996 se clonó por primera vez a un mamífero, la oveja Dolly; y por último, en 2020, se logró crear en menos de un año la vacuna contra la covid”.

Prosiguió diciendo que NavarraBiomed “es un centro multidisciplinar con 11 áreas y 20 unidades de investigación, entre ellas las de oncología, neurociencia, cardiología, estructura de las proteínas o calidad de vida”. Continuó explicando cómo se desarrolla una carrera profesional: “Tras cursar Bachillerato o Formación Profesional, se puede llegar a técnico de laboratorio o estudiar un grado, tras lo cual es posible acceder a una beca predoctoral o posdoctoral para finalmente unirse a la investigación profesional”.

Una vez hecha esta presentación, los alumnos se dividieron en grupos de unas doce personas para que cada uno explorara un área distinta del centro. Por ejemplo, quienes visitaron el área de Patogénesis Bacteriana, guiados por el propio Lasa, pudieron apreciar cómo los microbiólogos aplican sus conocimientos con fines médicos.

Conocieron a Liliana Morales, colombiana que lleva dos años realizando su tesis doctoral en Pamplona tras haber hecho estancia en Estados Unidos y hacer el máster de Biotecnología en Logroño. La vieron evaluando “dos cepas distintas de bacterias en larvas de polilla de la cera (Galleria mellonella), infectándolas con ellas”. Especificó que “una cepa tiene una mutación que le hace producir más biofilm (grupo de microorganismos que se adhieren entre sí), mientras que la otra es normal”. El objetivo es “evaluar con cuál reaccionan con mayor virulencia las larvas”, para así entender mejor “en qué se diferencian entre sí”, y así saber cómo se pueden utilizar con fines médicos. Lasa explicó que también experimentan con ratones, “porque son mamíferos y por tanto más similares a los humanos, pero precisamente por ello causa más reparo experimentar con ellos”; de ahí que asimismo recurran invertebrados, “una técnica que se usa cada vez más como paso previo al estudio con ratones”.

En cuanto a la tecnología a la que recurren, el director de NavarraBiomed reveló que “es preferible utilizar un equipamiento no muy complejo de forma regular y con personal bien adiestrado que sepa usarla, que obtener maquinaria más sofisticada pero solo por tres meses”, ya que “en el primer caso se requiere menos tiempo para aprender a manejarlo, se puede usar en diferentes áreas de este centro y, en suma, es más práctico”.

Se les enseñaron asimismo sus experimentos con bacterias, las cuales incuban para ver “cómo se defienden de los fagos, o virus de bacterias, con piezas de su ADN, lo cual puede servir como herramienta para modificar el genoma humano”. Los fagos pueden servir también “como alternativa a los antibióticos, ya que las bacterias pueden desarrollar resistencia contra estos”.

Más tarde recibieron una explicación de Pablo Iturbe, un madrileño que realiza su tesis en NavarraBiomed desde hace dos años. Él trabaja con un microscopio “que incluye un componente fluorescente que emite un láser, gracias al cual se puede ver a escalas imperceptibles para el ojo humano”. Esas imágenes aparecen en un ordenador mediante el cual se pueden apreciar las bacterias, que el investigador diferencia introduciendo en la muestra proteína roja y verde.

Tras la visita, Gabriela Calderón, junto con sus compañeros de primero de Bachillerato del Colegio FEC Vedruna de Pamplona, que estudian Ciencias de la Salud, comentó que habían venido aprovechando que estaban libres “tras la temporada de exámenes”, que la experiencia les había interesado mucho, más incluso de lo que se esperaban, y que gracias a ella se plantearían la posibilidad de sumergirse en el ámbito biomédico de cara al futuro.

El director de NavarraBiomed explicó que el funcionamiento de la entidad sanitaria se subdivide en varias unidades. Entre ellas destacan las siguientes:

Actividad física infanto-juvenil. Estudia el efecto de la actividad física y el ejercicio físico sobre la salud física y mental de los jóvenes aparentemente sanos o con patologías.

Bioinformática traslacional. Mediante alta tecnología cuantifica muchas características biológicas.

Cardiología traslacional. Estudia nuevas terapias en distintas patologías cardiovasculares.

Ejercicio fisico, salud y calidad de vida (e-fit). Se centra en el Efecto del ejercicio físico en el ámbito del envejecimiento saludable, fragilidad, deterioro cognitivo y riesgo de caídas.

Ejercicio fisico, salud y calidad de vida (e-fit). Se centra en el Efecto del ejercicio físico en el ámbito del envejecimiento saludable, fragilidad, deterioro cognitivo y riesgo de caídas.

Patogénesis microbiana. Su objetivo es conocer, a nivel molecular, cómo las bacterias patógenas crecen adheridas a la superficie de dispositivos médicos o tejidos, produciendo infecciones que no responden al tratamiento antibiótico y por lo tanto tienden a la cronicidad.