Sakana y Mendialdea también amanecieron ayer cubiertos de blanco, con una fina capa en la mayoría de los pueblos, más copiosa en los montes. Si bien siguió nevando durante el día, la lluvia fue más abundante, con grandes charclos, una jornada triste que no invitaba a salir de casa. Domingo, sin obligaciones laborales y escolares, ayer fue un día de calles vacías y chimeneas echando humo.