Una treintena de profesionales eventuales de Enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario de Navarra (HUN), que llevan trabajando unos 8 años en la unidad de críticos, critican la mala gestión en la contratación que este servicio lleva sufriendo desde los inicios de la pandemia de covid-19.

Mientras en la UCI existe un flujo constante de profesionales sin experiencia en este servicio, las y los eventuales formados y con larga trayectoria en él son reasignados en otras plantas del Hospital dadas las condiciones de sus contratos pool covid o, en otras palabras, contratos expedidos por el Gobierno de Navarra en mayo de 2020 y que sirven para reubicarles en cualquier servicio en función de las necesidades hospitalarias.

"Ya no podemos más". Son las palabras con las que las y los profesionales eventuales comienzan un comunicado con el que pretenden criticar la situación actual. Se definen como "enfermeras trabajadoras de la UCI" desde que finalizaron sus estudios universitarios.

Después de años adquiriendo experiencia en este servicio, para el cual realizaron una formación específica, "el 1 de mayo, y tras múltiples contratos, Salud realizó una contratación masiva" en la que "obligaron" a estas enfermeras a firmar los llamados contratos pool covid. Estos contratos, en la práctica, no sujetan a las personas firmantes a un servicio en el hospital, sino que su labor es rotatoria: van allá donde se les necesita.

"Cuando los ofrecieron, los firmamos porque, en teoría y tal y como nos dijeron, no iban a ofertar contratos de corta duración, que son con los que llevamos trabajando la mayoría de profesionales eventuales de la UCI desde hace años", detallan. "Además, nos aseguraron que, aunque estos fueran contratos pool, nosotras permaneceríamos en la UCI, porque era donde más falta hacía un refuerzo de personal", añaden.

A la semana de firmar estos contratos, desde Salud se decidió ofertar nuevas contrataciones para el periodo estival, es decir, se sumaban profesionales a la plantilla de la UCI.

CAMBIOS Y MÁS CAMBIOS

"Éramos demasiados profesionales y nosotras, las que teníamos los contratos pool covid, sobrábamos, por lo que tuvimos que salir a otros servicios en los que nunca antes habíamos estado, sabiendo una hora antes de comenzar la jornada cuál sería nuestro destino; y todo esto mientras entraba personal nuevo y sin experiencia en la UCI", lamentan.

En junio, con otro pico de personas afectadas por el coronavirus, estos profesionales eventuales volvieron a la UCI, aunque en esta ocasión para sustituir al personal fijo que se iba de vacaciones. Poco duró su estancia allí, ya que, de nuevo, en septiembre volvieron a ser dispersados por diferentes servicios y con las mismas condiciones que en el mes de mayo: sin saber cuál sería su lugar de trabajo hasta una hora antes de comenzar el turno. Y esto, se volvió a repetir, de nuevo, en octubre. Recientemente, y a través de un mensaje de texto a sus teléfonos móviles, recibieron la notificación de que estos contratos pool covid se alargarían, de momento, hasta el 31 de enero.

Cabe destacar que durante todo este tiempo, estas profesionales eventuales con contratos pool covid de larga duración han tenido unas condiciones laborales "más parecidas a los contratos de corta duración". "Desde el 1 de mayo de 2020 hasta ahora no hemos tenido un turno de más de dos meses de duración en un mismo servicio, se nos han denegado vacaciones y nos han cambiado los horarios de trabajo con una antelación de dos o tres días -critican-.

Además, nos han dicho que si lo que queremos es permanecer en la UCI deberemos estar sujetas a unas condiciones similares a las de los contratos de corta duración, volviendo a quedarnos, de esta manera, sin vacaciones y sin saber nuestros turnos de trabajo con la antelación suficiente como para llevar a cabo una buena conciliación".

Por todo esto, subrayan: "Estamos cansadas, llega la Navidad y no hay personal para sustituirnos. Somos eventuales, pero necesitamos conciliación familiar". Y finalizan: "Sabemos que no somos imprescindibles, pero nos sentimos maltratadas por la Administración. Entendemos que la pandemia haya originado problemas en cuanto a la gestión de personal, pero necesitamos que se valore más nuestro trabajo y que se tenga en cuenta que, debajo de cada uniforme, hay una persona. Necesitamos una solución a esta situación. No podemos más".