El puente de Peralta fue el protagonista absoluto de la jornada de ayer; por allí pasaron a lo largo de la mañana cientos de vecinos para ver la crecida del río Arga a su paso por la localidad, una avenida, en palabras del alcalde Juan Carlos Castillo “tremenda, enorme”.

Y es que, explicaba, aunque el casco urbano no sufrió mayores problemas, “tenemos referencias de hasta dónde subió el agua otras veces y no recordábamos las cotas que ha alcanzado esta vez. El agua ha llegado al Paseo del Arga, a la rotonda y a otros lugares habituales, pero no ha entrado a viviendas, salvo en el caso de algún sótano como ocurre en riadas menores”. En cuanto a los cultivos, eso sí, los daños serán cuantiosos y los descubrirán cuando baje el agua.

Por su parte, en Falces, apuntaba la alcaldesa Sara Fernández, el agua desbordó por el margen izquierdo y anegó toda la zona del regadío, tal y como habían previsto. Allí, eso sí, el agua ocasionó importantes daños en talleres, en ganaderías de ovejas y vacas y en cultivos.

De acuerdo con Fernández, el Ayuntamiento alertó con tiempo a todos los vecinos para que recogiesen sus bienes y, por suerte, no tuvieron mayores incidencias que las inundaciones en algunas bodegas, que suele ser lo habitual. Por último, desvelaba, con un grupo de voluntarios, reforzaron con tierra la mota para que el agua no saltase.