RA cuestión de tiempo que el agua llegase a San Adrián. Bastaba ver qué había pasado un día antes en algunas partes de la Zona Media, Falces y sobre todo Funes. Pero en el pueblo no se esperaban que lo hiciera con tanta fuerza. Nada que ver con la crecida del 2015, que dejó 250 hectáreas anegadas y daños por valor de 670.000 €. Ahora, el pueblo -6.200 habitantes y pegado a la muga con La Rioja- ha sufrido una subida sin precedentes de uno de esos ríos que hacen al Ebro varón. El Ega se desbordó por completo antes de conectar con el Ebro y dejó sumergidos en un metro de agua alrededor de una decena de barrios de la zona baja del pueblo -Delicias, La Balsa, La Humedad, Pelayo Sola, La Glera, las Eras Bajas, Las Pozas...-, un montón de calles, huertas, conserveras y empresas. También mucho edificio de servicios, como guarderías -la Santa Reliquias-, el centro de salud -Osasunbidea derivará mientras la atención a Azagra, Andosilla y Cárcar-, el colegio Alfonso X o el ayuntamiento, que el domingo por la tarde era literalmente una isla en medio del agua.

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Inundación en San Adrián

En total, afecciones para alrededor de 1.500 personas, según estimó con precauciones el alcalde, el socialista Emilio Cigudosa, que pidió paciencia para cuantificar los daños materiales, que en cualquier caso serán muy graves. "A mí me está diciendo gente muy mayor del pueblo que esto no lo habían visto nunca", precisó Cigudosa, que asumió que la situación fue "caótica" aunque el trabajo conjunto del pueblo consiga que se vuelva "rápidamente a la normalidad".

Lo mejor, que solo se cuantifican daños materiales y que el domingo por la tarde no se tenía constancia de daños personales, ni desaparecidos ni grandes evacuaciones o personas que hayan tenido que ser sacadas de forma masiva de sus bloques de edificios. La Cruz Roja, que tuvo un equipo de 10 rescatadores con un 4x4 y dos lanchas durante todo el día, atendió alrededor de 50 avisos, que sobre todo fueron traslados de vecinos aislados en viviendas a zonas secas del pueblo.

Habrá que ver cómo evoluciona el río, pero lo cierto es que aunque la punta máxima se dio durante la madrugada a las cuatro de la mañana, el domingo por la tarde seguía entrando agua.

De momento, el Gobierno de Navarra, por boca de su presidenta, María Chivite -que estuvo en la localidad junto con el ministro Marlaska y el vicepresidente Remírez- va a solicitar la declaración de zona catastrófica.

La versión de lo ocurrido sonaba por pequeños corrillos de vecinos vestidos como pescadores, con petos y botas de goma, vigilando constantemente el nivel del agua por si tenían que mover otra vez el coche. En la calle La Isla -maldita la gracia- el agua le llegaba por la cintura a Julio Navarro, de la familia de la conservera Ebrón, justo al lado. "El Ega va con tanta agua que ha sobrepasado la mota del Ebro y está volviendo al pueblo", decía mientras señalaba con la barbilla hacia la plaza de la Concordia. "Allí está lo peor", sospechaba Navarro, que no pudo entrar en su fábrica, dedicada a la conserva de verdura. Cree que tendrá pérdidas importantes.

Otro que estaba por allí era Francisco Jiménez, vecino de la calle La Isla, por donde a la mañana el agua corría "como un río". "Llevo desde ayer [por el sábado] moviendo mi coche y el de mi mujer", decía, pendiente del nivel del agua, que condiciona hasta lo más pequeño. "Ahora mi suegro me va a venir a traer pan, tabaco, cosas para el niño", enumeraba, mientras esperaba en la rotonda de la NA-8710. El lunes toca ir a trabajar al polígono -trabaja en una empresa de energía eólica- y habrá que ver si se puede ir, porque algunas empresas de la zona, como el importante Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA), tuvieron problemas de abastecimiento eléctrico.

Toda esa zona de las calles Pontigón, Isla, Adriana Sanz, Entrepuentes, Arenal, tenían 40 centímetros de agua. Bajos y portales con el agua dentro, como la que entró en un parking "donde hay metro y medio por lo menos". El agua despide un intenso olor a gasoil, que incluso se ve a manchas. "Esto es que se habrá llevado el río algún depósito, o algo", especulaban.

La crecida bloqueó literalmente parte del pueblo, que en esa zona baja es muy caprichoso: en algunos barrios, algunas calles que pican hacia arriba se libran del agua y otras, las más hundidas, están colapsadas. Llama la atención porque la diferencia es de calle a calle. Aritz Martínez y Águeda Ballester tenían que ir a la Era Baja, no tenían como y optaron por acercarse al bazar del pueblo para comprarse una barca hinchable. "Me la acabo de comprar en el chino", decía Aritz Martínez, riéndose con Águeda. "Venga, luna de miel en Venecia", bromeaban mientras remaban, poco a poco, por la calle Pelayo Sola, con agua por la rodilla y zonas donde el cuerpo se te hundía.

Una de esas zonas era la calle Nuestra Señora de La Palma, que corta Pelayo Sola. Baste decir que la Cruz Roja tuvo que ir con el 4x4, y con bastante tiento, para sacar de su casa a una vecina. Mamen del Barrio lleva diez años viviendo en San Adrián y nunca había visto nada semejante. "¡Qué horror!", decía nada más entrar en el coche de los rescatadores, comandados por José Luis Martínez, responsable del Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE). "Trabajo en el Marinal, en la empresa Iberembal, y mañana [por el lunes] tengo que entrar a las seis de la mañana, así que voy a ir a casa de mi hija, que vive más arriba, para poder garantizarme el ir", narraba Mamen. "Vivo en un segundo y el agua ha entrado por todo el portal, es un horror, la verdad".

Son consecuencias de una subida sin precedentes que se notó justo en el enganche del Ebro, que dejó su último coletazo navarro en Tudela.

"A mí, gente muy mayor del pueblo me ha dicho que no ha visto algo semejante nunca"

Alcalde de San Adrián

"El Ega va con tanta agua que ha sobrepasado la mota del Ebro y el agua vuelve al pueblo"

Propietario de la conservera Ebrón

"Habrá que ver el lunes cómo podemos hacer para ir al trabajo, porque está todo colapsado"

Vecino de la calle La Isla

"He visto a la tarde que por lo menos hemos hecho 15 rescates por cada lancha"

Responsable de Cruz Roja

"La de 2015 ni por asomo se parece a esto que estamos viviendo ahora"

Vecina de la calle Ntra. Sra de La Palma