a idea de la exposición es desmitificar el sentido sexual que se le da al pecho, darle el valor que tiene, que es el de alimentar a la cría humana, y mostrarlo como es: bello, porque lactar no lo afea", explican Raquel Sáenz Gutiérrez y Leyre López García. Amagintza, grupo de apoyo a la lactancia y la maternidad, ha instalado en el pasillo de la Facultad de Ciencias de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) el proyecto visual Destapando los pechos, las tetas de mamá. Este trabajo, que se podrá ver hasta el 27 de febrero, está compuesto por 61 imágenes de pechos de mujeres anónimas que han lactado y que, cuando se colocó este mismo lunes, hizo que "los alumnos, al salir de clase y verla, no pudieran reprimir cantar la canción de Rigoberta no sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas... -entona Raquel, refiriéndose a la finalista del Benidorm Fest, certamen en el que se eligió el candidato a Eurovisión-.

Y es que, como reconocen estas dos asesoras voluntarias de Amagintza, el tema de Rigoberta Bandini les ha ayudado a hacer promoción de la exposición. Cuando la inauguraron en octubre en el Civivox de la Milagrosa "no vino nadie" y, sin embargo, tras la polémica eurovisiva, han llamado ya varios medios de comunicación. Esta iniciativa, señalan, lleva gestándose tiempo, pero el empujón que les faltaba para hacerlo se lo dio una compañera asesora que, antes de fallecer el año pasado, les envió la primera de las fotografías y un poema. "Hicimos un llamamiento por redes sociales a madres que habían lactado para que nos mandaran fotos anónimas de sus pechos indicando su edad y el tiempo que lo habían hecho. Hemos recibido imágenes de Navarra, de España y también alguna chilena, colombiana... Son 61 imágenes, aunque aquí no hemos podido montar todas -faltan tres- porque no nos cabían", indica Raquel. Así, la edad de las participantes oscila entre los 29 y los 70 años, mientras que el tiempo que han amamantado a sus pequeños varía entre 3 meses y un total de 8 años.

El objetivo principal que se marcan, apunta Leyre, es "sensibilizar a la población sobre la importancia de la lactancia materna", además de visibilizar "la realidad del pecho femenino como elemento creado para alimentar a la cría humana y dar un espacio a la imagen real del pecho de la mujer desmitificando conceptos sexualizados en torno al mismo". Para ello, disponen de láminas sobre la funcionalidad y la fisiología de esta parte del cuerpo y esperan culminar el proyecto con la elaboración de un libro.

En definitiva, quieren "devolver el pecho a las mujeres y a las criaturas", porque "en los últimos años es casi como un objeto del hombre. El pecho es para la mujer, de la mujer y para sus crías, para alimentarlas", sostiene Raquel, quien lamenta que "nos hemos dado cuenta de que en los colegios no se estudia el pecho. Cuando tratan el sistema reproductor lo hacen de cintura para abajo y si las niñas estudiasen cómo funciona, cuando mañana tengan hijos o hijas no dudarían que iban a poder dar teta". En este sentido, expone que "no dudas de que tus pulmones vayan a filtrar el aire. Entonces, ¿por qué dudamos de que vamos a poder dar pecho? Por la cultura del biberón, que ha hecho muchísimo daño y nos ha hecho dudar".

Por ello, desean que "vengan muchas personas a ver la exposición, que la podamos montar en muchos sitios y lo ideal, que no sé si lo lograremos, es que llegase a las escuelas".

"Hubiera sido maravilloso que llegara a Eurovisión"

En cuanto a la canción Ay mamá, Leyre concluye que "como mujeres tenemos mucho que agradecer a Rigoberta por sumarse a la visibilización de las mujeres, las madres y sus pechos y tener claro que, si una avanza, avanzamos todas"; una sororidad entre las mujeres que, a su juicio, "es un gustazo ver en la televisión". De hecho, su compañera confiesa que "ver la teta en medio del escenario fue maravilloso. Hubiera sido maravilloso que llegara a Eurovisión, pero sabíamos que el mundo no estaba preparado para la canción". Y es que, concluye Leyre, "no hay nada más poderoso que el cuerpo femenino, que es capaz de gestar, parir y alimentar vida". No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas. Sin ellas, no habría humanidad, ni habría belleza.

"En redes sociales puedes estar con un escotazo pero no puedes salir dando pecho"

Asesora voluntaria de Amagintza

"No hay nada más poderoso que el cuerpo femenino; capaz de gestar, parir y alimentar vida"

Asesora voluntaria de Amagintza