“Somos personas mayores que han perdido el miedo al mundo digital. Estamos trabajando el uso de la tecnología, pero también la mente y el cuerpo junto a unos compañeros maravillosos”, resume Asun Apesteguía, una de las 38 personas que participan en el programa Confidence de Adacen. Se trata de un plan pionero a nivel nacional en el que colaboran varias asociaciones navarras y que busca mejorar la calidad de vida de las personas mayores a través de herramientas digitales.

Andrés Ilundáin, director de Adacen, Joxean Sesma, de la Confederación Navarra de personas mayores Tercer Tiempo y Javier Fernández, director general de la Fundación Caja Navarra, presentaron este martes el proyecto junto a participantes de las asociaciones Irubide de la Txantrea, San Andrés de Villava y Santa Cruz de Zizur. De forma remota, también estuvieron presentes Nerea Cuevas y Amaia Jorajuría, dos de las profesionales de Adacen que ofrecen las sesiones.

Confidence, un nombre que proviene de los términos conexión, fortalecimiento, innovación y digitalización del ecosistema navarro de cuidado al envejecimiento, dio en enero sus primeros pasos en esta fase piloto. Su objetivo es fortalecer a las asociaciones de personas mayores, ayudándoles a incorporar nuevos servicios sociosanitarios digitales avanzados y económicamente sostenibles que mejoren el estado de salud y la calidad de vida de las personas empoderándolas digitalmente.

En este plan piloto participan la Asociación de Jubilados, Viudas y Pensionistas de Viana, el Club de Jubilados y Pensionistas San Andrés de Villava, la Asociación de Jubilados Irubide de la Txantrea, el Club de la Tercera Edad-Teleclub de Acedo y la Asociación Club de Jubilados la Santa Cruz de Zizur. En total, 38 personas que previamente han recibido un curso de alfabetización digital impulsado por el Gobierno de Navarra.

Sesiones para cuerpo y mente

De forma telemática y en streaming, los usuarios reciben tres sesiones semanales denominadas mente sana, cuerpo sano y habilidad digital, a cargo de fisioterapeutas, neuropsicólogas y terapeutas ocupacionales de Adacen.

Las personas que participan en el piloto se conectan desde los clubs de jubilados con una plataforma de formación desarrollada por Adacen a través de una televisión, una webcam y tablets. El programa mente sana trabaja la estimulación cognitiva con una neuropsicóloga a través de diferentes actividades que favorecen la memoria y la atención como juegos o acertijos. Las sesiones de cuerpo sano consisten en ejercicios de estimulación física dirigidos por una fisioterapeuta para mejorar en destreza, fuerza y equilibrio. Finalmente, en las clases de habilidad digital aprenden a manejarse en internet con el móvil o la tablet para llegar a servicios a los que hasta ahora no tenían acceso por falta de competencias digitales, como solicitar citas médicas, mandar correos o utilizar el Google maps.

Satisfacción entre los usuarios

“No sabes la cantidad de cosas que se pueden hacer con un móvil”, bromea Asun Apesteguía, socia de la Asociación de jubilados Irubide y participante en el programa. “Yo me manejaba en algunas cuestiones porque estuve el año pasado en un curso de tablet y móvil, pero esto me ha venido estupendamente para ir afianzándome. Sé hacer bastantes cosas, aunque los trámites con la Administración me están costando porque tienen mucha dificultad. Somos personas mayores a las que nos cuesta bastante el tema digital, pero creo que vamos a salir de aquí perdiendo el miedo a las habilidades digitales y acortando la brecha digital”, explica.

Por su parte, Goyo Oroz, una de las seis personas que participan en la Asociación de Villava, reconoce haber aprendido a mandar correos en el móvil o a pedir una cita médica, pero también se siente muy satisfecho por los avances que ha experimentado a nivel físico y mental. “He aprendido muchos movimientos de gimnasia que no hacía bien. Además, tenemos las cabezas ya que se nos van yendo y he mejorado mucho porque nos hacen trabajar el tema de la memoria. Estoy encantado de la vida y muy agradecido porque para mi está siendo un programa extraordinario”.

“A mí me está ayudando a lograr una independencia que no tenia”, añade María Ángeles Enériz. “Yo dependía mucho de mi hijo para hacer las cosas porque ni sabía nada de las nuevas tecnologías ni me gustaban. Antes le pedía todo el rato ayuda a mi hijo hasta que me decía: oye mamá, ya vale. Ahora, en cambio, le estoy cogiendo el gusto y ya uso la tablet, el móvil y un poco el ordenador. Tengo mucha más libertad y él está muy contento porque, aparte de que le moleste menos, le gusta que yo aprenda cosas nuevas y que ponga interés”, relata.

Por último, considera el gran ambiente de trabajo una de las claves del éxito del programa. “Hay un compañerismo muy bonito que nos ayuda a aprender a convivir con estas tecnologías. Somos como una familia y estamos todos en una situación similar. La vida nos está imponiendo que usemos la tecnología y tenemos que aprender porque hemos nacido en un mundo en el que todo esto todavía no existía”, concluye.