- El futuro de los trasplantes de corazón y de la atención a las cardiopatías es bastante halagüeño. Al menos así lo espera Juan Miguel Gil Jaurena, jefe del servicio de Cirugía Cardiaca Infantil del hospital Gregorio Marañón de Madrid, que vaticina mejores intervenciones, cirujanos mejor formados y un avance de la tecnología que va a posibilitar operaciones menos invasivas y de menor impacto para los pacientes. Pero, asimismo, Gil Jaurena constata un cambio en el perfil de los pacientes: “Cada vez hay menos bebés que nacen con cardiopatías, pero hay más adultos que fueron trasplantados u operados del corazón de niños y que siguen requiriendo un seguimiento y nuevas intervenciones.

El cirujano intervino ayer en la I Jornadas de Cardiopatías, organizadas por la asociación Pequeña Guerrera, en la que expuso que “el 1% de los niños que nacen en España padece una cardiopatía”. No obstante, se trata de una cifra que va en descenso ya que, según defendió, cada vez va a haber menos bebés con estas dolencias: “El principal factor de que cada vez haya menos niños con cardiopatías es la bajada de la natalidad en los últimos años, lo que conllevará menos casos. Pero también ahora se realiza más diagnóstico prenatal que conlleva más interrupciones del embarazo”, explicó.

Por ello, cada vez va a haber menos niños con cardiopatías, pero más adultos que las han sufrido desde niños y que van a requerir nuevas intervenciones. “Estamos operando a personas por segunda y tercera vez, lo que hace que estas intervenciones sean de mayor complejidad y que hace 25 años no se hacían. Ahora todo va avanzando y los cirujanos de ahora nos atrevemos a hacer operaciones que los de antes no, y no porque seamos mejores, sino porque ahora tenemos más y mejores medios”, detalló el cirujano nacido en Elizondo.

Según señaló, más del 80% de los niños que nacen con una cardiopatía llega a la edad adulta. A todos ellos se les hace un seguimiento más o menos exhaustivo dependiendo de la patología y cuando tienen entre 16 y 18 años acuden a una consulta con los cardiólogos. “Antes de que sean mayores de edad se les llama a una consulta con el cardiólogo infantil y con el cardiólogo que le va a atender en su etapa adulta. La idea es que la transición no sea tan brusca para los pacientes y que haya una conexión entre el profesional que le ha visto desde niño y el que le va a seguir a partir de ahora”, explicó Gil Jaurena.

Algo parecido pasa a la hora de entrar en quirófano. A los adultos que sufren cardiopatías desde niños y que requieren una nueva intervención les operan los cirujanos infantiles, “porque conocemos mejor cómo hacerlo pese a que no sean niños”, sostuvo.

Sobre cómo serán las intervenciones en el futuro, Gil Jaurena lo expuso ayer de manera clara: mejores. Para empezar porque cada vez va a haber cirujanos mejor formados: “Cada vez hay más subespecialidades y éstas a su vez son híbridas, es decir, que un profesional se especializa en dos que están relacionadas. Además, ahora hay nuevos modelos de formación que dan más posibilidades a los MIR”. El avance tecnológico ligado a esta mejor preparación conduce hacia un salto cualitativo en las intervenciones ya que ahora, según incidió el médico, hay imágenes en 3D, técnicas de imagen, hologramas... que todo ello hace que los cirujanos puedan ensayar antes de las intervenciones, por ejemplo, “con un modelo de corazón que es prácticamente igual que el del paciente”.

Esta mejora quirúrgica se va a materializar en dos cuestiones: intervenciones mini invasivas y reducción del número de operaciones. Con respecto a las intervenciones poco invasivas, Gil Jaurena explicó que “se trata de un tipo de cirugía que trata de dejar la menor huella posible, con cicatrices muy pequeñas, casi podríamos decir que minimalistas”. “Además, en el caso de las mujeres, por ejemplo, la cicatriz la hacemos debajo de la mama para que se disimule mejor con el paso del tiempo”, detalló.

En cuanto a reducir el número de intervenciones, el cirujano apuntó que se está trabajando por tratar de juntar operaciones para que el paciente no tenga que volver a pasar por el quirófano. “Si a un niño hay que hacerle una cirugía en el corazón y ponerle un cateterísmo, ahora lo hacemos a la vez”, señaló.

“En un futuro no tan lejano también llegará la cirugía robótica, que en algunos países ya se está probando. El cirujano tendrá una pantalla desde la que irá ordenando al robot qué hacer. Esto es algo que está avanzando a gran velocidad”, adelantó el experto.

Sin embargo, pese a la mejoría de la cirugía en el futuro, Gil Jaurena defendió que hay lugares del mundo en el que no tienen acceso a este tipo de intervenciones: “Hay países en vías de desarrollo en los que no tienen acceso a intervenciones de corazón. Quizá habría que trabajar por que, aunque sea las cardiopatías simples, pudieran efectuarlas y garantizar una vida digna a muchos pacientes”.

“Ahora los cirujanos nos atrevemos a operaciones que los de antes no porque tenemos mejores medios”

Cirujano cardiaco infantil