rase una vez una trama de defraudadores a gran escala, a los que ni conoce ni pone cara, que entre 2018 y 2019 lograron defraudar a múltiples víctimas, y en Navarra hubo unos cuantos, al insertar en la red anuncios de préstamos personales ofertados a un tipo de interés muy bajo por diversas entidades (The Gord Mark, Manager Bank, The World Bank, entre otras) meramente ficticias y creadas para tal fin. Para obtener esos créditos se contactaba a través de Internet con las entidades citadas y la persona encargada daba un número de teléfono con prefijo en Bélgica y por whatsapp se concretaban las condiciones del préstamo e incluso se les enviaba un contrato.

En el mismo aparecían dos personas como representante del prestamista y la guinda de la estafa era que la identidad de una de las personas se había usado sin que lo supiera y la otra persona directamente no existía. Se exigía a las personas que pidieran el préstamo que efectuaran diversos ingresos bancarios por varios conceptos como formalización del contrato, seguros y otros trámites. Una vez hechos ls ingresos, los no identificados se quedaban con el dinero, no concedían préstamo alguno y ponían fin al contacto con los solicitantes del préstamo. Para finalizar la operativa, la red de defraudadores se encargaba de contactar con otras personas que con sus propios nombres abrían cuentas en entidades financieras, que eran las facilitadas en la tramitación de los préstamos y donde una vez ingresado el dinero, era transmitido por ese titular de la cuenta a los lugares que se le señalaban, quedándose un porcentaje como comisión.

Así, una burgalesa de 43 años, vecina de León, conoció la trama desde la cara y el envés. Primero fue estafada ya que entre febrero y marzo de 2018 solicitó un préstamo, ingresó por el mismo 873 euros y se quedó sin crédito ni dinero. Poco después, la mujer pasó de víctima a verdugo. Por ello, y por estafar a varios navarros, fue juzgada en la Sección Primera de la Audiencia de Navarra, que la ha condenado a 20 meses de prisión, a pagar una multa de 840 euros y una indemnización que alcanza los 36.900 euros a 24 personas víctimas del fraude, a los que esquilmaron cantidades de entre los 190 a los 17.286 euros.

La Audiencia, de conformidad con la acusada, da por probado que después de que la red de defraudadores contactaran con la mujer y le dijeran si seguía interesada en el préstamo, ella abriera cuentas bancarias a su nombre donde recibiría los ingresos de varias víctimas y de donde ella misma recibiría a cambio una comisión. La acusada actuaba cono pleno conocimiento del engaño y a cambio de lucrarse abrió cuentas en tres bancos cercanos a su domicilio. Además, conocía que la mayoría de extracciones de dinero de dicha cuenta se efectuaban desde Cotonou, en Benin (África), con una tarjeta bancaria que ella misma había enviado. La procesada cobraba sus comisiones mediante extracciones de dinero en cajeros cercanos. En total hubo 64 personas defraudadas que pagaron 84.473 euros. La acusada se llevó 7.250 euros en comisiones. Y ahora, le toca pagar cinco veces más como condena y una importante pena de prisión, que puede evitar si no delinque más.