Muchos escolares y docentes navarros se han puesto cara por primera vez esta mañana. La vuelta de las vacaciones de Semana Santa este lunes ha sido más emocionante que nunca. Después de casi dos cursos de pandemia, las mascarillas han dejado de ser obligatorias en todos los espacios de los centros educativos con excepción del transporte escolar. La mayoría de docentes y escolares se han despojado de la mascarilla, aunque todavía se veía algún cubrebocas fruto de la costumbre o del miedo a contagiar a algún familiar vulnerable.

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Vuelta a clase SIN mascarilla.Biblioteca UPNA.

Escolares, familiares y docentes han celebrado la medida en el regreso a las aulas después de Semana Santa. A la entrada del colegio Joakin Lizarraga de Sarriguren no se hablaba de otra cosa. "Teníamos muchas ganas y la verdad es que ya era hora. Tengo dos hijas en Infantil y en Primaria y están muy contentas. Es muy importante a nivel educativo y también para conocerse por fin. El fin de la mascarilla en el colegio ha sido una noticia ideal", explicaba David Vidaurre.

"Había muchas ganas y para ellos va a ser mucho mejor. Mi hijo de 8 años viene hasta nervioso y dice que no va a conocer a sus compañeros", bromeaba David Basterra mientras veía a su hijo perderse una fila de alumnos sin mascarilla que se disponían a entrar de forma escalonada en el colegio, un hábito que, junto al uso del gel hidroalcohólico, parece haber llegado para quedarse.

Una vez en aula, prescindir de la mascarilla tiene evidentes ventajas de comodidad, pero también de eficacia en la educación, como remarcaba Saioa Gonzalo, profesora de Primaria. "Siempre se transmite más cuando te ven la cara. Las mascarillas han sido un hándicap a la hora de aprender a vocalizar, a ver los gestos e incluso simplemente para escuchar en algunos casos. Luego, estar 8 horas respirando con ella es muy pesado, aunque el alumnado se ha adaptado muy bien".

Por su parte, Unai Albira, director del colegio Joakin Lizarraga, también vivió el cambió con gran alegría. "Han sido dos años con muchas restricciones en la escuela y no hemos podido trabajar como nos hubiera gustado. La pandemia ha sido muy dura tanto para el profesorado como para el alumnado, que se ha adaptado muy bien a estas medidas pero que ha sufrido las consecuencias. El hecho de que el alumnado vaya sin mascarilla y se pueda juntar nos va a permitir vivir este final de curso con más normalidad y vamos a poder hacer algunas de las actividades que habíamos tenido que posponer", asegura.

"En general, la medida se ha acogido con mucha alegría por parte los 916 alumnos y alumnas y los 80 profesores que tenemos. He visto que alguno de los profesores sí que lleva la mascarilla y puede que sea porque tienen algún familiar vulnerable o que lo sean ellos mismos. Incluso algún alumno o alumna la lleva, pero todo con normalidad. El que quiera la puede llevar, por supuesto", remarca.

"Este primer día esta siendo todo muy diferente. Como somos 80 profesores, había caras que no conocía", remarca Albira. "Ahora todo va a volver a cambiar. Aquí en la sala de profesores siempre teníamos un ambiente muy majo, con almuerzos y todo. Eso se tuvo que quitar con la pandemia y ha mermado un poco lo que es la convivencia en la escuela. Cuando hay espacio para hablar con otras clases y profesores, el ambiente es mucho mejor para trabajar".

El director del centro asegura que "no hay miedo" a posibles rebrotes y que es una medida que podría haber llegado antes. "La escuela ha sido casi el último lugar en el que se ha quitado esta obligación. Creíamos que ya era hora de que nos la quitáramos aquí y de que nos dejen interactuar entre clases. Es un paso muy importante para seguir avanzando hacia la normalidad".

Cronología de la mascarilla

Lejos queda aquel mes de septiembre de 2020, cuando la mascarilla se convirtió en un complemento obligatorio para poder acceder a los centros educativos. Su uso ha sido obligatorio para todo el personal docente y no docente, mientras que en el caso del alumnado los mayores de 6 años (Primaria y Secundaria), también debían llevarla en clase e incluso en el patio, salvo los últimos meses. Por su parte, los de Infantil sólo tenían que usarla en las entradas y salidas al colegio y por los pasillos.

La desaparición de las mascarillas supone un importante hito en un ámbito, el educativo, en el que apenas ha habido flexibilización de las restricciones a diferencia de otros contextos sociales.

Durante el primer curso, en el que durante muchos meses la población no estaba vacunada, los protocolos fueron muy estrictos e incluso se dio el absurdo de que el alumnado de Infantil iba sin mascarilla en clase pero en el patio se la tenía que poner. El pasado septiembre se suavizaron algunas medidas. Por ejemplo, el alumnado de Infantil se quitó la mascarilla en el recreo y se permitió el juego de contacto y el uso de alumnos materiales como los balones.

En octubre, se eliminaron los confinamientos en bloque en Primaria, limitándose a Infantil, y se permitió a ambas etapas mezclarse con otros grupos durante el recreo. La llegada de ómicron y los contagios masivos llevaron a Educación a recular después de Navidad y recuperar los grupos burbuja. Sin embargo, el 10 de febrero, con el final de la mayoría de restricciones en Navarra, se suprimieron de nuevo los grupos burbuja y la mascarilla dejó de ser obligatoria en el patio.