Jaime Del Burgo Azpíroz, pamplonés de 52 años, excuñado del rey Felipe VI al haber estado casado con la hermana de Letizia, Telma Ortiz, entre 2012 y 2016, fue juzgado ayer en el Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona por un delito de resistencia y desobediencia grave a la Policía tras un incidente al cruzar un semáforo en rojo y negarse a identificarse.

La Fiscalía le pide 9 meses de prisión al acusado y la defensa pide la absolución. El denunciado ya ha pagado 725 euros vía administrativa como denuncia.

Los hechos se iniciaron en la tarde de Nochebuena del año 2019 en un paso de peatones en la confluencia de la avenida Roncesvalles con la calle García Ximenez. El abogado navarro se disponía a cruzar el paso con el semáforo en rojo para peatones mientras llevaba a su hija de dos meses en un cochecito de bebé. Lo hacía junto a su actual mujer, una letrada de origen sueco que ayer declaró como testigo por videoconferencia, al igual que el procesado, desde Londres.

"Tú me vas a decir cuándo tengo que cruzar"

En el cruce un policía municipal advirtió a Del Burgo de que no cruzara con el semáforo en rojo y que esperara a que se pusiera en verde "por seguridad" para la niña. Los policías intervinientes manifestaron que Del Burgo respondió de malas maneras: "tú me vas a decir a mí cuándo tengo que cruzar". Y que continuó hasta la otra acera.

Dos agentes le siguieron y le advirtieron de que iba a ser sancionado por haber cometido una infracción de tráfico y le pidieron que se identificara. Del Burgo afirma que no fue así y que se le pidió presentar su documentación, que alegó que la tenía en un hotel cercano y que, entonces, el policía, "de sangre caliente y con actitud chulesca" -le definió- le quitó el brazo del carro del bebé y se me abalanzó. Y detrás de él llegaron cuatro más a por mí. Fui esposado. Y yo pedí un habeas corpus para decirle a la jueza que había sido detenido de manera ilegal y porque es un peligro tener a un policía así en la calle con una pistola".

La versión de cuatro de los agentes intervinientes en los hechos es radicalmente opuesta a la del procesado. Solo coinciden con él en que Del Burgo cruzó con el carrito el semáforo en rojo. En su versión, el acusado declaró que "el policía le había visto amago de cruzar y que le dijo: si pasas, te multaré. Puede ser cuestión de arrogancia, pero quedaban 93 segundos de semáforo en rojo, no venía ningún coche, había plena visibilidad y decidí cruzar la calzada y pagar una multa. Para mí las señales de tráfico son interpretables", testificó. La fiscal le corrigió: "Son señales a respetar". Y el procesado siguió: "Es un tema de sentido común, señoría".

"No se puede ser más de aquí que yo"

Sea como fuere Del Burgo cruzó al otro lado y se lió la marimorena. Los agentes recordaron que el encausado repetía que no se iba a identificar y que él no iba a pagar ninguna multa porque "no era de aquí". Del Burgo manifestó ayer que "esa conversación no existió. Yo soy de aquí, no se puede ser más de aquí que yo. El policía solo me dijo es que le diera mi documentación y no la tenía. No hubo más, a partir de ahí se produjo el ataque. Jamás braceé, ni hice ademán de golpear, ni les falté el respeto. Solo sé que fue el policía el que empujó el cochecito de la niña y esa era mi única preocupación. Es imposible que yo le dijera que le iba a dar una hostia, porque soy creyente y eso es una blasfemia".

Una vez aupado al coche patrulla, un superior se asomó y "fue la primera vez que alguien me pidió que me identificara y, a continuación, me dijo que quedaba libre. Pero yo solo quería el habeas corpus por aquel atropello", declaró Del Burgo, que grabó incluso un vídeo cuando le quitaron los grilletes. Su esposa manifestó que la detención fue una desproporción, porque se abalanzaron sobre su esposo "por pasar un semáforo en rojo" y "le dejaron marcas" y ningún policía resultó herido. "Parecía un criminal".

"Fue surrealista"

Una de las policías que intervino recordó que habían tenido una tarde tranquila hasta el incidente y que se encargaban de un servicio de prevención y seguridad ante posibles robos en la zona por tratarse de fechas navideñas. Fue al estar detenidos en el paso de cebra y con muchos peatones alrededor, "cuando observamos que una pareja con un carrito quería cruzar. Mi compañero le dijo que no lo hiciera hasta que no estuviera en verde y el hombre respondió que cruzaba si le daba la gana. Y cruzó la calle con el cochecito. Nos quedamos sorprendidos y le dijimos que se identificara porque le íbamos a denunciar. Se negó con insistencia".

"El problema no es que tuviera la documentación en el hotel, sino que no quería identificarse y llegó un momento en el que se dio media vuelta para marcharse. Mi compañero le agarró del brazo y él empezó a bracear e incluso le alzó el puño, amenazándole con pegarle. Era surrealista. Incluso zarandeó el carrito del bebe. Su reacción no era normal y ya agotamos todas las vías para detenerle por desobediencia y resistencia".

LA FISCAL: "Ninguna desproporción"

La fiscal del caso mantuvo al final del juicio la petición de 9 meses de cárcel a Del Burgo y afirmó que había quedado acreditado el delito debido a que el acusado no cumplió las órdenes, se negó reiteradamente a identificarse y trató de zafarse de los agentes. "Hubo una advertencia clara y concreta de los agentes para que no cruzara. No quiso identificarse ni verbalmente, no quiso colaborar de ninguna manera y actuó con desprecio a la actuación de los agentes. Pero no se le detuvo por no identificarse, sino porque empezó a bracear y a levantar la mano y pudo haber un acometimiento físico. Agotadas todas las vías, se le detuvo".

La defensa: "Pedimos las cámaras porque era inocente"

La defensa de Del Burgo discutió que a su defendido no se le podía sancionar por vía administrativa y procesarle luego penalmente por lo mismo. Y destacó que los agentes habían incurrido en contradicciones y que se les habían hurtado pruebas porque "solicitamos la grabación de las cámaras de los comercios de la zona y se nos respondió a los tres meses que no existían. Pedimos aquella prueba porque teníamos muy claro que mi cliente era inocente".

El acusado: "Usted, señoría, ya me ha juzgado y condenado"

El turno de la última palabra del acusado, Jaime del Burgo, acabó de forma abrupta. Él empezó alegando: "Estoy aquí, me presento como una persona inocente y lo soy hasta que se diga lo contrario". La jueza le interrumpió y le explicó que si quería hacer uso de la última palabra lo tenía que hacer como acusado, no como abogado, y que debería manifestar algo distinto a lo dicho por su defensa. Del Burgo dijo entonces: "Quiero decir que estas personas han mentido y que tengo la impresión de que usted (a la jueza) ya me ha juzgado y ya me ha condenado. Usted lleva dos horas aquí, pero yo llevo dos años. Tengo todo el respeto por todas las policías, también por la Policía Municipal de Pamplona donde tengo grandes amigos, y me he criado entre policías, por esto esto a mí me duele. Jamás había visto que la Policía mintiera en una juicio. Usted ya me ha juzgado pero solo aquí está la verdad", finalizó.