El juicio contra Kote Cabezudo afronta su segunda semana con la declaración de modelos que muestran "mayor afectación psicológica" tras denunciar al fotógrafo por algunos de los delitos más graves, como abusos y agresiones sexuales que se habrían cometido entre los años 1992 y 2013. "Lo más duro del relato de las víctimas de Kote Cabezudo está por llegar; se van a describir hechos muy desagradables", avanza a este periódico el Ministerio fiscal.

Como sucedió el jueves, testificarán a puerta cerrada, tal y como recoge el auto dictado por el tribunal a instancia de la acusación particular, a la espera de que el presidente de la sala se pronuncie sobre si autoriza o no a los medios de comunicación acceder a la señal de audio de la declaración de las víctimas. En ningún caso se podrán tomar imágenes. Son las mujeres que "mayor impacto emocional presentan" quienes testificarán, según las acusaciones.

En la sesión del jueves pasado declararon las primeras testigos. El tribunal tuvo ocasión de escuchar testimonios "congruentes" que "en ningún momento" contradicen la versión que han venido manifestando "desde hace casi una década". En la vista se mostraron las primeras pruebas documentales. Se exhibió una fotografía que fue portada de una revista en la que aparecería una de las modelos de Kote Cabezudo en un desnudo integral.

Una instantánea realizada durante las sesiones de los set fotográficos en los que Cabezudo se convertía en "director y guionista", como él mismo declaró en sala. El Ministerio fiscal y la acusación particular señalan que la modelo era menor de edad. Tenía 16 años y en la foto se aprecia la zona púbica. ¿Se trata de arte del desnudo, como defiende Cabezudo? ¿Es pornografía?

SEXO, IMAGEN Y DNI

Para la acusación particular no hay ninguna duda, en la medida en que "es un perito el que determina" que la modelo cuando posa para el fotógrafo es menor de edad. "La producción de pornografía infantil es un hecho objetivo. Las fechas de los DNI son las que son, y las evidencias periciales dicen lo que dicen", defiende el letrado Mario Díez en representación de 17 mujeres, que pide una condena de hasta 2.338 años de prisión para el fotógrafo.

A la hora de determinar si es pornografía o no, el Ministerio fiscal añade otro elemento: "no solo se trata de la edad y de la prueba pericial (foto de portada de la menor desnuda) sino que tiene que haber una intención sexual", que entiende que existe. Respondería a un delito por "utilización de menores para elaboración de pornografía".

Una imagen que además habría sido difundida en 2014, lo que agravaría la pena, según las acusaciones. El tribunal deberá determinar en las próximas semanas si hay o no reproche penal por lo que ocurría en el estudio de fotografía.

El encausado está a punto de agotar el máximo legal de cuatro años de prisión provisional. Una patrulla de la Ertzaintza le traslada a diario desde la cárcel de Martutene hasta la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, donde se celebra de lunes a jueves el juicio por la pieza principal del llamado caso Kote Cabezudo.

El martes pasado, el fotógrafo tuvo ocasión de exponer sus argumentos. Lo hizo durante las dos horas en las que fue sometido a un intenso interrogatorio del Ministerio Fiscal, que pide para el fotógrafo 121 años de cárcel por 32 presuntos delitos de índole sexual, estafa y contra la integridad moral de una veintena de sus modelos.

Respondió también a las preguntas de la defensa, para recalcar el componente artístico de su obra "en un contexto social en el que no está bien visto el desnudo, y se llama pornografía a todo", declaró.

El inculpado, que no respondió a la acusación particular, se mostró aparentemente tranquilo. De hecho, comenzó con cierta parsimonia a dar lectura de un escrito sobre su formación académica -"porque no soy odontólogo"-, hasta que fue interrumpido por el presidente del tribunal, que le indicó que se ciñera a las preguntas del Ministerio fiscal.

UN "PROBLEMA" DE LA INFANCIA

Sentando en el banquillo de los acusados junto a varios libros de fotografías, desveló que durante su ingreso en prisión ha tenido ocasión de cursar estudios de Psicología por la UNED. Una formación que, según dijo, le ha permitido saber que en realidad "es un problema de su infancia y de la manera de reaccionar" el que tienen las mujeres que le han denunciado.

Un imprevisto con la primera prueba documental que había preparado la Fiscalía, que por un error técnico no se pudo visionar, le sirvió para tomarse un respiro antes de ser sometido a intenso interrogatorio en el que el fiscal Jorge Bermúdez fue repasando una a una las acusaciones de 16 víctimas.

Todo ello, casi en un ejercicio de justicia poética, coincidía con el 8-M, Día Internacional de la Mujer. A pesar del simbolismo de la fecha y de la gravedad de los delitos que se le imputan al fotógrafo, a lo largo de la jornada no hubo, al menos públicamente, ninguna muestra de afecto ni respaldo social hacia las víctimas. Ni siquiera se pudo ver en las escaleras de la Audiencia a la media docena de personas que el día anterior se había concentrado entre pitos y protestas.

DAVID HAMILTON: ¿ARTISTA? ¿VIOLADOR?

En la sala, con mucha calma, el fotógrafo donostiarra aseguró que ninguna de sus modelos ha hecho "jamás" nada que no quisieran hacer. Y dijo más: todas conocían los términos de los contratos firmados. Habló de su trabajo, inspirado en David Hamilton, artista que alcanzó la fama en los 70 gracias a sus retratos de adolescentes desnudas bajo la luz difuminada de la Costa Azul.

Las fotografías del británico se vendieron por miles y llegó a dirigir cinco películas eróticas inspiradas en su famosa estética. El 25 de noviembre de 2016, tres días después de que una conocida presentadora de televisión le acusara de violación cuando tenía 13 años, se suicidó en su apartamento de Montparnasse, en París. Tenía 83 años. Dejó un legado en discusión.

Este mismo artista estuvo muy presente durante la declaración de Kote Cabezudo el martes pasado en la Audiencia de Gipuzkoa.

-Fiscalía: "En una comparecencia en instrucción usted comparaba su trabajo con el de Hamilton. ¿Está comparándose con un hombre que violaba a mujeres?". La pregunta de Bermúdez provocó la reacción de la defensa, que formuló protesta. Cabezudo alegó que ese mismo artista había sido invitado en los años 90 por el Ayuntamiento de Donostia, por lo que entendía que, de ser ciertas esas acusaciones, difícilmente habría adoptado una medida así el Consistorio.

A preguntas del Ministerio fiscal, respondió una y otra vez que "jamás" ha abusado de ninguna de sus modelos. "Nunca lo he hecho. De haber sido así, cogen y se van", dijo el donostiarra.

Una versión de los hechos que no se corresponde con los escritos de acusación. Cabezudo defendió la faceta artística de su obra y el debido cumplimiento de los contratos firmados con sus modelos. El ministerio fiscal señala, en cambio, que el testimonio de las tres primeras víctimas que ya han declarado se ajusta a lo que la doctrina del Tribunal Supremo llama "evidencias periféricas".

MATERIAL GRÁFICO "INGENTE"

A pesar de "los sollozos y la emotividad" en el transcurso de su relato, situaron los hechos en unos días y a unas horas que se corresponderían con las pruebas periciales que la fiscalía entiende que van a ser "decisivas" en las próximas semanas. Las acusaciones muestran su convicción de que hay elementos de prueba para demostrar la culpabilidad del acusado. La fiscalía señala que el material es "ingente". Solo el índice de los archivos gráficos que se han ocupado de los discos duros del acusado comprende unas 3.500 páginas.

La acusación particular insiste en que sus representadas llevan nueve años manteniendo la misma incriminación, que "está apoyada por pruebas fotográficas y videográficas. No es sostener una versión frente a otra sino que las víctimas se ven apoyadas por las pruebas gráficas que además han sido correspondientemente periciadas", sostiene.

Estas mujeres relataron unos hechos ocurridos hace quince o veinte años y, una tras otra, "se fueron quebrando ante el tribunal por la revictimización que conlleva recordar los hechos", asegura el letrado que defiende a las víctimas. "Hay emociones que no es posible fingir. Al tribunal le ha quedado claro lo que ocurría en ese estudio. Son tres mujeres que proceden de tres lugares diferentes, que no se conocen entre sí, entre ellas una donostiarra. Pues bien, han sido las mismas frases, los mismos hechos y los mismos detalles", desgranó el letrado el jueves pasado.

El juicio continúa a partir de este próximo lunes con la declaración a puerta cerrada de más víctimas.