Uno de los últimos programas de tratamiento que se han implementado con internos de la prisión de Pamplona es el que se encarga de reeducar a los agresores sexuales, que desde hace años se ejercía con aquellos condenados que no hubieran tenido que ingresar en la cárcel. En abril de 2021, merced a un convenio entre el Ejecutivo foral y el Ministerio de Interior, llegó el programa a la cárcel navarra.

Josean Echauri, responsable de la intervención psicológica a través de Psimae y encargado de dicha atención en la Oficina de Víctimas del Delito del Gobierno foral, recuerda que la delincuencia sexual es "uno de los delitos con menos reincidencia.

En los delincuentes sexuales la reincidencia se sitúa en torno al 15 o 20%, pero en caso de que esos agresores se sometan a un tratamiento y lleguen a su finalización, la reincidencia baja hasta el 10%, se reduce casi a la mitad. Hay un cierto mito en todo esto, y es evidente que se trata de un delito gravísimo, pero su reincidencia es mucho menos que en la de otros delitos".

En cuanto al perfil tipo del maltratadores que se somete a una intervención terapéutica, la edad se sitúa en 37,7 años para aquellos en tratamiento ambulatorio y en 36,8 años para los que someten a la intervención en prisión. Así, la relación con la pareja a la que maltratan se sitúa en una media de 8,3 años en medio abierto y en 7,1 años en los programas de la cárcel.

Entre todos los agresores que se han sometido a este tipo de terapias, hay una quincena que eran menores de 18 años, 494 agresores tenía entre 18 y 30 años, 1.047 pertenecían al grupo de edad entre 31 y 50 años, 174 se situaba entre 51 y 65 años mientras que 32 tenían más de 65 años. En cuanto a la nacionalidad, 848 eran españoles y 914 eran extranjeros. Por su formación, 977 agresores tenían estudios básicos, otros 691 habían alcanzado estudios secundarios y 96 completaron titulación universitaria.

En cuanto al empleo, 924 estaban trabajando, 761 en desempleo y 77 estaban jubilados, mientras que en 948 casos tenían hijos en común con la víctima y en 1.054 existía algún tipo de antecedentes psiquiátrico. De estos últimos, 722 padecían alguna adicción, 229 tenían algún trastorno emocional mientras que 103 sufrían un trastorno de la personalidad.